OTROS PRINCIPIOS
PRIMEROS FUNDADOS EN EL DE
NO-CONTRADICCIÓN
Existen algunos otros principios
estrechamente vinculados al primero, que veremos brevemente.
a) El principio de tercero excluido: «no hay
medio entre el ser y el no-ser», o «entre la afirmación y la negación no hay
término medio». Este juicio significa que una cosa es o no es, sin otra
alternativa, y se reduce al principio de no-contradicción: el término medio es
imposible, porque debería ser y no ser a la vez, o bien ni ser ni dejar de ser.
La utilización de este principio es constante en los razonamientos, por
ejemplo, bajo la fórmula «toda proposición necesariamente es o verdadera o
falsa».
Aunque el ser en potencia parezca
un «intermedio» entre ser y no ser, en realidad, es una situación media entre
ser en acto o no ser en acto o no ser en absoluto. Y también para la potencialidad
vale este principio: nada puede ser a la vez en acto y en potencia, y, por eso,
no hay intermedio entre ser en potencia y no ser en potencia.
b) El principio de identidad: «el ente es el
ente», «lo que es, es lo que es», «el ser es, el no ser no es». Aunque ni
Aristóteles ni Santo Tomás hablan de la identidad como primer principio, en ambientes
neoescolásticos muchos autores lo mencionan, reduciéndolo casi siempre al de
no-contradicción.
En la época moderna se ha
concedido gran importancia a este principio, situándolo por encima del de
no-contradicción. En muchos casos, sobre todo en los seguidores de Spinoza, con
esta ley se intenta afirmar que el mundo es idéntico a sí mismo, homogéneo, no
surcado por la división, y que, por tanto, es ilimitado, de forma que no remite
a otra causa fuera de sí. Como en el caso de Parménides, pero ahora de modo más
radical, esta opinión comporta un panteísmo en el que la criatura sustituye a
Dios.
Junto con estos principios
fundamentales, a veces se enumeran otros, como el de causalidad («todo efecto tiene una causa»,
«todo lo que empieza a ser es causado»), o el de finalidad («todo agente obra
por un fin»). En sentido estricto no se trata de primeros principios, ya que en
ellos intervienen nociones más restringidas y posteriores a las de ente y
no-ente, como son «causa», «efecto», «fin»; por eso presuponen ya el principio de
no-contradicción, y tienen un alcance más limitado.
(tomado del libro cuya imagen encabeza la entrada)
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