Si fuera necesario resumir en uno solo todos los problemas
que la filosofía ha venido padeciendo en los últimos tres siglos, y que la han
conducido al estado en que hoy se encuentra, y que, a través de ella han influido
y estructurado la sociedad que hoy vivimos, habría que decir que tal problema
no es otro distinto al escepticismo.
Son muchos los que han dicho que el gran problema de la
filosofía tal y como esta disciplina se comienza a construir a partir de René
Descartes, fue el progresivo oscurecimiento de la naturaleza de la inteligencia
humana, es decir, poco a poco se cayó en el desconocimiento de lo que la
inteligencia humana es, de sus alcances y de sus limitaciones. Y no deja de ser
curioso que se afirme esto, puesto que paradójicamente la época que inicia con
Descartes buscó ser ante todo una época consagrada al estudio de los asuntos
epistemológicos, ya que se desconfiaba de los grandes sistemas metafísicos que
habían sido elaborados en la edad media por autores como Tomás de Aquino.
Entonces tenemos que con Descartes se inaugura una nueva
época en la historia de la filosofía, una época marcada por un voluntario
encerramiento del sujeto en sí mismo, y una también voluntaria desconfianza en
los grandes logros de los tiempos anteriores en materia metafísica. Todo ello
tuvo lugar a causa de una distorsión en el modo de concebir a la inteligencia
humana y a causa también de una propuesta enteramente nueva sobre aquello en que consistía propiamente el conocimiento.
De este giro cartesiano en la filosofía se han derivado
consecuencias tan importantes, por dañinas, como por ejemplo el relativismo
práctico en que la sociedad actual vive, convencida de que es la postura más
racional y propia de seres adultos y libres.
Por todo lo anterior considero importante dedicar algunos
artículos en este blog a esclarecer un poco en fenómeno del escepticismo,
buscando comprender su ORIGEN, sus CAUSAS y su DIFERENCIA RESPECTO DE LA
ACTITUD REALISTA.
Para llevar ello a cabo trataremos en artículos breves
algunos presupuestos necesarios para la comprensión del tema, presupuestos como
la naturaleza del conocimiento, según la tradición tomista. Así como también
será necesario ofrecer, aunque en resumen, una vista general de la
naturaleza humana, también en clave tomista.
Con las anteriores herramientas en mano, podremos ofrecer
algunas consideraciones a modo de respuesta a las afirmaciones escépticas,
esperando con ello indicar también el camino correcto para responder a peligros
actuales como la concepción relativista de la vida.
Trataremos de ir publicando sucesivas entregas del tema para hacer más sencilla su lectura y comprensión.
Que sea esta una oportunidad para estudiar un poco algo que hoy nos toca a todos, para poder, como seres racionales, responder cuando sea justo y necesario.
Leonardo R.
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