Being logical presupposes our having a
sensitivity to language and a knack for its effective use, for logic and language
are inseparable. It also presupposes our having a healthy respect for the firm
factualness of the world in which we live, for logic is about reality. Finally,
being logical presupposes a lively awareness of how the facts that are our ideas
relate to the facts that are the objects in the world, for logic is about
truth.
Ser lógico presupone que tengamos
sensibilidad hacia el lenguaje y habilidad para su uso efectivo, pues lógica y
lenguaje son inseparables. También presupone que tengamos un saludable respeto
por la firme facticidad del mundo en el que vivimos, pues la lógica es acerca
de la realidad. Por último, ser lógico presupone una viva conciencia de cómo
unos hechos, que son nuestras ideas, se relacionan con otros hechos, que son
los objetos en el mundo, pues la lógica es acerca de la verdad.
(Texto tomado del libro "Being logical", de D.Q. McInerny)
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El de lógica es el primer capítulo que aparece en todos los manuales de filosofía escolástica. Y no porque la lógica sea fácil de aprender y manejar, todo lo contrario, es de una considerable complejidad y exige atención y constancia. Aparece en primer lugar porque es requerida para el buen éxito en el estudio de las demás partes de la filosofía.
De hecho los libros que Aristóteles escribió sobre lógica se agrupaban todos bajo el nombre común de "Organon", algo así como "instrumento". Pues se consideraba que la lógica era el instrumento indispensable para progresar en la conquista de las demás ciencias.
Lo que el texto inicial nos dice es algo que con frecuencia se olvida, sobre todo en nuestros días en que la lógica aristotélica se ha dejado atrás y se considera como lógica solo la lógica simbólica. Una de las cosas que el texto nos dice y que con frecuencia se olvida es que la lógica tiene que ver con la realidad. No se trata solo de meros juegos de lenguaje o del manejo de herramientas lingüísticas ingeniosas para sorprender incautos. No, la lógica trata acerca de la forma en que hablamos sobre la realidad. O simplemente acerca de la forma en que hablamos. Es verdad que la lógica estudia las características de nuestro lenguaje, características que, como tales, no existen en la realidad. Pero incluso ocupándose la lógica de dichas entidades abstractas (géneros, especie, categorías, predicables, etc), lo hace con vistas a una captación efectiva de lo real.
Y esto nos lleva a la segunda cosa que el texto afirma y que también con frecuencia se olvida: la lógica tiene que ver con la verdad.
La palabra 'verdad' hoy genera problema donde quiera que se la nombre. Basta mencionar la palabra verdad en medio de debates sobre temas religiosos, morales, sociales, políticos, filosóficos, etc., para de inmediato ser blanco de furiosos ataques por parte de los amigos de la 'tolerancia'. Y también al hablar de la lógica la palabra 'verdad' produce desconfianzas.
Pero, si la lógica se relaciona con la manera en que nos referimos o hablamos acerca de la realidad, ¿no es natural que por eso mismo la lógica se relaciona en últimas con la verdad? ¿qué es la verdad? ¿no es acaso la verdad la misma realidad en cuanto conocida por el hombre? pero es que ha corrido mucha agua por debajo del puente, y tal y como no se acepta hoy que existan afirmaciones verdaderas, sino a lo más opiniones; así mismo no se acepta hoy que la lógica tenga que ver con la verdad, sino con el "diálogo abierto".
De hecho hoy se ha hecho frecuente un tipo de lógica que llaman "lógica informal". A grandes rasgos se puede describir como una lógica que se ocupa de estudiar las características del diálogo, del discurso. Sobre todo de los diálogos y discursos que se producen con el fin de convencer a alguien acerca de algo. Entonces los textos que tratan esta lógica 'informal', analizan discursos o escritos buscando errores, contradicciones, fallas en la argumentación, lagunas, fallas de todo tipo que hacen que el dicho discurso o escrito sea ineficaz.
Y no voy yo a decir que esa lógica sea inútil, no, de hecho se encuentran en esos textos algunas cosas bastante interesantes a decir verdad. Pero el asunto es que han perdido de vista la verdad como fin del discurso humano. Tal y como en la antigua Grecia hacían los sofistas, hoy se busca en el discurso, en la palabra humana, la eficacia y no la veracidad. El triunfo de las ideas del hablante, y no la humilde transmisión de la objetividad en la palabra.
Entonces no perdamos nunca de vista al acercarnos al estudio de la lógica, que el fin último de la palabra humana es la expresión de las cosas como son, la transmisión de la verdad, de lo real. Y que si una ciencia aspira a estudiar las leyes que rigen esa actividad humana, debe tener en cuenta el fin del objeto que estudia.
Leonardo R.
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