"...pues veamos ahora
cuántos son los males que deste solo mal proceden. Primeramente hace a los
hombres, hombres de noche, que como lechuzas u otros animales nocturnos, no
pueden alzar los ojos a ningún resplandor ni hermosura celestial. item, hácese
el hombre inconsiderado, que ni teme daño ni vergüenza, ni tiene respeto al
bien que pierde ni al mal en que incurre; porque el vicio a que está atado le
trae en torno cubierta la vista como a bestia de noria, o como a sansón los
filisteos, sacados los ojos en la tahona. finalmente, de tal suerte se ciega la
razón, que todo el afecto que se había de emplear en dios, se revuelve al
mundo, y todo el cuidado que se había de poner en el alma, se transpasa al
cuerpo; ni se sabe ya imaginar otro paraíso, salvo revolcarse en el cieno del
lujurioso deleite, é ya que alguna vez levanta el corazón a dios, es para le
demandar o gracias mundanas o bienes temporales; que otros ni los desea ni los
estima, y aún a las veces este abominable vicio trae al hombre a un fastidio de
dios y de las cosas divinas, y sólo aquello le cae en gracia, que no desdice a
sus torpes deseos. La lección de santos libros le aborrece, las buenas
prácticas le enfadan, la oración le da en el rostro, de la santidad propia
desespera, la ajena le amohina, los humanos consejos le importunan, las divinas
inspiraciones le remuerden. En fin, toda buena consideración le es molesta;
porque el miserable deleite le tiene tan captiva el alma, que le hace tener
odio a todo lo que pone embargo en los placeres de la carne; y así le pesa que
haya leyes en contrario, que haya infierno, que se le acuerden sus pecados, que
haya inmortalidad del alma y eternidad de siglo advenidero, con breve término y
conclusión de toda su felicidad presente. Donde viene que la fe no les es más
que una hiel en la miel de sus carnalidades, y cuando le representa, o la eterna
bienaventuranza de los buenos, o la perpétua mala ventura de los malos
malditos, cae en una mortal accidia, y comienza a vacilar en la firmeza de la
fe con una confusión de varios pensamientos, que es la babilonia, la cual
edificó el amor propio, cresciendo de día en día, hasta venir al desprecio de
dios y de sus divinos preceptos. tal es la cola desta mostruosa serpiente, que
luego tan halagüeño y blando rostro nos muestra. Tal es el remate del vicio de
la lujuria, que su poco a poco vino a asolar la fábrica de la virtud hasta los
fundamentos della."
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