DIVERSAS FORMULACIONES DEL
PRINCIPIO DE NO-CONTRADICCIÓN
El primer principio es, ante todo,
un juicio acerca de la realidad. Por eso,
las formulaciones más profundas de este principio son las de carácter metafísico,
es decir, las que se refieren directamente al ser de las cosas; como, por
ejemplo, «es imposible que una misma cosa sea y no sea» o «es imposible que una
cosa, al mismo tiempo sea y no sea». No se afirma sólo que «lo contradictorio
es impensable», ya que el principio de
no-contradicción es la ley suprema de lo real, no un axioma o postulado de la
mente para interpretar la realidad: es el ente mismo el que no es contradictorio.
Pero como nuestra inteligencia
conoce la realidad tal como es, el
primer principio del ente es, de modo derivado, una ley del pensamiento, la
primera ley lógica. De ahí que encontremos otras formulaciones de carácter
lógico, que se refieren más bien a nuestro conocimiento del ente: por ejemplo,
«es imposible que las afirmaciones contradictorias respecto de un mismo objeto
y al mismo tiempo sean verdaderas».
La inteligencia está sometida al
principio de no-contradicción: no puede conocer al ente como contradictorio,
porque no lo es. Ciertamente, es posible contradecirse al pensar o al hablar, pero
esto sucede sólo en la medida en que nos apartamos de la realidad, por un
defecto de nuestro razonamiento; y cuando alguien nos hace ver la incoherencia
en que habíamos caído, tendemos a rectificar inmediatamente porque, aunque cabe
afirmar algo contradictorio, no es posible entenderlo.
(tomado del libro cuya imagen encabeza la entrada)
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