La metafísica estudia el ser como tal;
y por esa razón precisamente debe estudiar la causa del ser. Por eso su parte
más elevada, que es como su coronamiento, se ocupa de Aquel que es el mismo Ser
subsistente. Esta parte de la metafísica se llama teología natural (ciencia de
Dios en cuanto Él es accesible a la razón natural, o como causa de los seres y
autor del orden natural).
(Jacques Maritain).
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Pocas afirmaciones harán enojar tanto al filósofo moderno como la que encabeza esta 'perlita'. Muchos de ellos incluso se sentirían realmente ofendidos si se les dijera que la parte más elevada y el coronamiento de su querida filosofía es, nada más y nada menos, el estudio de Dios, fuente de todo ser.
El proceso histórico que ha llevado a esta situación ha sido largo y complejo. Más o menos desde la época de Guillermo de Ockham durante la primera mitad del siglo XIV, la filosofía (o lo que se comenzó a llamar filosofía desde entonces) se desentendió de las cuestiones metafísicas por medio de un criticismo desbocado de los propios límites de la razón humana. Ockham fue de los primeros en negar que la metafísica fuera una ciencia, después de lo cual la suerte de la teología estaba echada.
Descartes, en el inicio de la era moderna, negó la teología; cosa que también hicieron los empiristas ingleses. El proceso culmina en Kant (siglo XVIII), quien acaba por declarar ya definitivamente (o al menos eso creía él) que la teología y la metafísica son todo menos ciencias en el sentido más moderno de la palabra ciencia. Nada ha cambiado en ese aspecto después de Kant.
En nuestros días, los filósofos actuales son herederos de esa triste tradición. Y por eso la afirmación que encabeza esta 'perlita' los hará enojar, sentirse ofendidos o por lo menos voltearán a mirar con lástima a quien afirme tal cosa. Lo se por propia experiencia.
Y sin embargo es cierto. El encuentro con Dios como fuente del ser de todas las cosas es el punto culminante de toda aventura filosófica que no se haya desviado en ninguna parte del camino.
Y lo anterior se debe a que, siendo la ciencia un conocimiento por medio de las causas, es natural que la filosofía, que estudia el ser, busque llegar hasta la causa del ser, como bien afirma Maritain. Y en ese esfuerzo de la inteligencia por ascender hacia la fuente cristalina del ser, las mejores mentes del mundo han descubierto al Creador, el Ser Supremo. Nada más natural.
(El texto inicial está tomado del libro "Introducción a la filosofía", de Maritain).
Leonardo R.
maritain es MODERNISTA
ResponderBorrarhttp://www.statveritas.com.ar/Libros/Precursores_y_peritos_del_Concilio.pdf
ResponderBorrarESTUDIE CIEN AÑOS DE MODERNISMO DEL PADRE DOMINIQUE BOURMEAUD
Y UNOS AUDDIOS DE CONVICCIÓN RADIO
EN DEFENSA DE LA TRADICIÓN
Buenos días 'anónimo'. Normalmente no respondo comentarios anónimos porque creo que todos tenemos un nombre. Haré una excepción.
ResponderBorrar¡Maritain fue modernista! ¿Quién no lo sabe? pero, con todo y lo modernista, tuvo una buena época tomista en la cual escribió textos excelentes: introducción a la filosofía, lógica formal, El sueño de Descartes, Tres reformadores, Theonas, etc.
No veo la necesidad de arrojar esos excelentes textos a la basura, solo por el hecho de que en un momento de su vida cambió su discurso. ¿Qué culpa tienen esos texos? ninguna, y se puede aprender muchisimo de ellos, yo aprendo muchísimo de su libro de lógica, por ejemplo.
Entonces, juzguemos lo que se dice, no quién lo dice.
Laus Deo
Leonardo R.