"Un espíritu de completa emancipación,
que tiende a debilitar la autoridad eclesiástica; la emancipación de la
ciencia, que debe afrontar todos los campos de investigación sin miedo al
conflicto con la Iglesia; la emancipación del Estado, que nunca debe ser
obstaculizado por la autoridad religiosa; la emancipación de la conciencia
privada cuyas inspiraciones no deben ser anuladas por definiciones o anatemas
papales; la emancipación de la conciencia universal, con la que la Iglesia debe
estar siempre de acuerdo.
Un espíritu de movimiento y cambio,
con inclinación hacia una forma radical de evolucionismo que termina
aborreciendo todo lo fijo y estable.
Un espíritu de reconciliación entre
todos los hombres a través de los sentimientos del corazón. Muchas y variados
son también los sueños modernistas de un entendimiento entre las diferentes
religiones cristianas, incluso entre la religión y el ateísmo. Todo con base en
acuerdos que deben ser superiores a las meras diferencias doctrinales".
(Tomado del artículo "Modernismo", de (1911). En 'The Catholic Encyclopedia').
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