The Schoolmen of the thirteenth
century paid special attention to the functions of knowing and willing. They regarded
these as the peculiar and privileged possession of the human race, situated as
it is at the boundary where matter and spirit meet.
Los escolásticos del siglo XIII
prestaron especial atención a las funciones de conocer y querer. Las
consideraban como la posesión peculiar y privilegiada de la raza humana, situada
como está en el límite donde la materia y el espíritu se encuentran.
For, the dignity of man results from a
certain way of knowing which is peculiar to him, and which is called
intelligence.
Porque, la dignidad del hombre se
deriva de una determinada forma de conocimiento que es peculiar a él, y que se
llama inteligencia.
(Tomado de "Medieval Philosophy", de Maurice de Wulff)
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Esta tesis de la filosofía clásica acerca de la dignidad del hombre derivada de su inteligencia, que lo distinguiría de los animales y lo aproximaría al modo de existencia de los seres espirituales, como Dios y los ángeles, es de difícil acogida hoy en día. Y esto por varias razones.
En primer lugar hoy no está claro qué cosa sea la inteligencia. Los psicólogos actuales, por ejemplo, no se ponen de acuerdo en una definición que sea aceptada por todos. De tal manera que si consultamos a la psicología actual recibiremos muchas y diversas definiciones de inteligencia.
Lo más común es definir la inteligencia como una capacidad adaptativa. La inteligencia sería una función del organismo que le permitiría adaptarse al medio ambiente. Función obviamente perteneciente al cerebro, pues el materialismo de la psicología actual es radical. También a veces algunos hablan de las capacidades de los seres humanos para llevar a cabo acciones que requieren pensamiento abstracto. Pero una vez más, si se les consulta qué es el pensamiento se obtendrán tantas respuestas como psicólogos sean preguntados.
Entonces esta es la primera razón por la cual la tesis escolástica de la primacía de la inteligencia en el ser humano, y de que su dignidad provenga de dicha primacía, es de difícil aceptación hoy en día. Aunque más que decir que se hace difícil que hoy la acepten, lo que habría que decir es que se hace difícil que hoy la entiendan.
Otra razón por la cual la primacía de la inteligencia es hoy olvidada, es que desde hace siglos asistimos más bien a la primacía de la voluntad. A eso se le llama voluntarismo y es una corriente que viene desde los tiempo de Guillermo de Ockham, por allá en la primera mitad del siglo XIV. No es una conquista del mundo moderno. Todo error es antiguo.
El voluntarismo consiste, para decirlo brevemente, en poner la voluntad por delante de la inteligencia. Es decir, el voluntarista afirma que la facultad más noble del ser humano es la voluntad, el querer, la libertad. Y que la inteligencia es solo una facultad puesta al servicio del querer.
Es famosa la frase "En el principio era la acción", atribuida creo que a Carlos Marx, como modo de oponerse a la frase "En el principio era el Verbo", que está al inicio del evangelio de san Juán. Dicha frase significa que lo importante en los asuntos humanos es la acción humana, el despliegue de la libertad, del querer. Y que el conocimiento debe estar al servicio de dicho despliegue de autonomía ilimitada.
Las consecuencias de este cambio en la concepción de lo que prima en el ser humano son muchas. Baste señalar a manera de ejemplo, que en adelante, gracias al voluntarismo, NO SE BUSCA LA VERDAD DE LAS COSAS, SINO LA UTILIDAD DEL SUJETO. Y con eso ya tenemos la base teórica de todo nuestro mundo moderno.
Vivimos en una sociedad profundamente voluntarista, en la cual el querer del hombre (y peor aún, su capricho, su egoísmo y su narcisismo) se convierten en regla suprema, por encima del orden natural. Como es posible verlo, por ejemplo, en las muchas iniciativas legislativas que a diario llenan los noticieros; iniciativas que cada día lastiman y destruyen un poco más el orden que nuestros mayores habían pacientemente construido en un trabajo de siglos (aborto, "matrimonio" homosexual, adopción homosexual, eutanasia, "derechos" Lgbt, etc).
Lo importante es comprender lo distinto que es un mundo que se construye haciendo derivar la dignidad humana de su comprensión de lo real, de su captación de la naturaleza de las cosas, en pocas palabras, del ejercicio de su inteligencia; respecto de un mundo donde la dignidad humana está en el ejercicio ilimitado de su libertad, de su querer, que culmina casi que inevitablemente en la entronización del capricho como nueva deidad.
Leonardo R.
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