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miércoles, 29 de julio de 2015

(2) Los pilares de la falta de fe - Nietzsche



autor: Peter Kreeft

Friedrich Nietzsche se autodenominó el "anticristo" y escribió un libro con ese título.

Nietzsche Se pronunció a favor del ateísmo de la siguiente manera: "Ahora voy refutar la existencia de los dioses. Si hubiera dioses, ¿cómo podría yo soportar no ser un dios? En consecuencia, no hay dioses".

Desdeñaba tanto la razón como la fe, e incluso muchas veces se contradecía a propósito "una burla es mucho más noble que un silogismo" y apelaba a la pasión, al odio retórico e incluso deliberado, más que a la razón.

Consideraba que el amor era "el mayor de los peligros" y que la moralidad era la peor debilidad del género humano. Murió de sífilis, demente y en un asilo: donde firmó su última carta, "El crucificado". Los Nazis, quienes lo consideraban como su filósofo "semioficial", lo adoraban.

Sin embargo, las mentes más prominentes de nuestro siglo lo admiran por ser profundo y sabio. ¿Cómo puede ser?

Hay tres escuelas de pensamiento sobre Nietzsche. La más popular entre los académicos es la escuela de los "nietzscheanos moderados", que sostiene que Nietzsche fue, de hecho, un cordero con piel de lobo; que sus ataques no deben tomarse literalmente y que en realidad era un aliado y no un enemigo de las instituciones y valores occidentales que denunciaba.

Estos pensadores se asemejan a los teólogos que interpretan la frase "nadie va al Padre sino por mí" de Jesús como "todas las religiones son igualmente válidas", y que creen que "el que se casa con una mujer divorciada, comete adulterio" significa "dejen que sus divorcios sean creativos y razonables".

En segundo lugar, están los nietzscheanos "radicales", que al menos le hacen un cumplido a Nietzsche tomándolo en serio. Están representados en el pie de página de un viejo libro católico sobre filosofía moderna, que dice tan solo que Nietzsche existió, que era ateo y que murió demente: un destino que puede esperarse de cualquiera que investigue el contenido de sus libros durante demasiado tiempo.

Una tercera escuela de pensamiento considera que Nietzsche es un lobo y no un cordero, pero también cree que es un pensador importante que le revela a la civilización occidental moderna su propio corazón oscuro y su futuro. Es fácil convertir en chivos expiatorios y señalar con el dedo a "ovejas negras" como Nietzsche y Hitler, pero ¿no es que hay un "Hitler en nosotros mismos" (para citar el título del libro de Max Picard)? ¿No fue Nietzsche quien develó el secreto? ¿Un secreto demoníaco oculto bajo el manto respetable del humanismo secular? Una vez que "Dios haya muerto", morirá el hombre, la moralidad, el amor, la libertad, la esperanza, la democracia, el alma y a la larga la cordura. Nadie puede demostrarlo de una manera más gráfica que el propio Nietzsche. Es probable que él mismo haya sido responsable (sin la más mínima intención) de muchas conversiones.

Los puntos principales de la filosofía de Nietzsche se pueden resumir citando los títulos de sus principales obras. Cada una de dichas obras es, de un modo u otro, un atentado contra la fe. El núcleo de la filosofía de Nietzsche siempre es el mismo: está tan centrado en Cristo como lo está San Agustín, sólo que su obra gira en torno a Cristo como enemigo.

El primer libro de Nietzsche, El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música, revolucionó por sí solo la visión aceptada de los antiguos griegos de que todo es "dulzura y luz", razón y orden. Para Nietzsche, los grandes griegos fueron los poetas trágicos, y redujo a los filósofos, comenzando por Sócrates, a una categoría de menor importancia, además de considerarlos sosos y poco apasionados. El mundo occidental siguió a Sócrates y a su racionalismo y moralismo, y negó el otro lado más oscuro del hombre, el trágico.

Nietzsche en cambio exaltó la tragedia, el caos, el desorden y la irracionalidad, simbolizada por el dios Dionisio, el dios del crecimiento y de las orgías de embriaguez. Sostenía que Sócrates logró que el mundo se volcara a la adoración de Apolo, el dios del sol, de la luz, del orden y de la razón. Pero el destino del dios de Nietzsche, Dionisio, pronto lo superaría a él mismo. Del mismo modo que los Titanes, monstruos sobrenaturales del infierno, descuartizaron literalmente a Dionisio, los Titanes que habitaban en su interior partieron al medio la mente de Nietzsche.

"El uso y el abuso de la Historia" continuó con el tema de lo dionisíaco contra lo apolíneo. El "abuso de la historia" es (según Nietzsche) teoría, ciencia, verdad objetiva. La historia debe servir para mejorar la "vida". Se contraponen la vida y la verdad, el fuego y la luz, Dionisio y Apolo, la voluntad y el intelecto. Vemos aquí que Nietzsche se parte al medio dado que éstas no son más que las dos partes del yo.

Ecce Homo fue un egotismo descarado y pseudo-autobiográfico. A pesar de que en la guerra fue un simple camillero, Nietzsche se autodenomina como "un arrogante y viejo artillero" adorado por todas las mujeres. De hecho, era un viejo solitario que no podía soportar ver sangre, un enano emocional que se pavoneaba como Napoleón. Lo más aterrador es que abrazaba su falsedad y fantasía por voluntad propia. Es coherente con su filosofía o con preferir "cualquier cosa que mejore la vida" antes que la verdad. "¿Por qué no vivir una mentira?", pregunta.

En La genealogía de la moral sostuvo que la moral es un invento de los débiles (especialmente de los judíos y luego de los cristianos) para socavar a los fuertes. El cordero convence al lobo para que se comporte como un cordero. Esto es antinatural, dice Nietzsche, y si vemos el origen antinatural de la moral en el resentimiento ante la inferioridad, nos liberaremos del poder que ejerce sobre nosotros.

Veía a Cristo precisamente como su principal enemigo y rival.  El espíritu del anticristo nunca recibió una formulación tan completa.  Nietzsche no sólo fue el filósofo favorito de la Alemania nazi, sino que también es el filósofo favorito del infierno.
Más allá del bien y del mal es la moral alternativa o la "nueva moral" de Nietzsche. La "moral del amo" es totalmente diferente a la "moral del siervo", según Nietzsche. Lo que ordena el amo es bueno por el simple hecho de que él lo ordena. Los débiles corderos tienen una moral de obediencia y conformidad. Los amos tienen el derecho natural de hacer lo que les plazca, dado que, al no haber un Dios, todo está permitido.

El ocaso de los ídolos explora las consecuencias de "la muerte de Dios". (Por supuesto que Dios nunca vive realmente, sino la fe en Él. Pues bien, ahora está muerta, según Nietzsche). Con Dios mueren todas las verdades objetivas (dado que no existe una mente superior a la nuestra) y junto con ellas los valores objetivos, las leyes y la moral (dado que no existe una voluntad superior a la nuestra). El alma, el libre albedrío, la inmortalidad, la razón, el orden, el amor - todos son "ídolos", pequeños dioses, que mueren ahora que el gran Dios murió.

¿Cómo se reemplaza a Dios? El mismo ser que reemplazará al hombre: el superhombre. La obra maestra de Nietzsche, Así habló Zaratustra [Thus Spake Zarathustra], es un canto a este nuevo dios.

Nietzsche le dio al Zaratustra el nombre de nueva Biblia y le dijo al mundo "desháganse de todos los demás libros, ahora tienen mi Zaratustra". Se trata de una retórica tóxica que cautivó a adolescentes por generaciones y generaciones. Se escribió en unos pocos días, tal vez en un arrebato de "escritura automatizada" literalmente inspirada por el demonio. Ningún libro antes escrito contiene tantos arquetipos jungianos, como si se desatara un espectáculo de fuegos artificiales, pero con imágenes del inconsciente.

Su mensaje esencial es la condena del hombre actual como un alfeñique y el anuncio de la próxima especie: el superhombre, que vive según la "moral del amo" en vez de la "moral del siervo". Dios está muerto, ¡viva el nuevo dios!

Sin embargo, en El Eterno Retorno Nietzsche descubre que todos los dioses mueren, y entre ellos el Superhombre. Creía que la historia se movía necesariamente en un ciclo que repetía infinitas veces todos los eventos del pasado: "No hay nada nuevo bajo el sol". Nietzsche arribó a esta conclusión desvaída a partir de dos premisas: (1) un cantidad finita de materia y (2) una cantidad infinita de tiempo (dado que no hay creador ni creación). Así, toda combinación posible de partículas elementales, cada palabra posible, ocurre una cantidad infinita de veces, dado el tiempo infinito. Todos, incluso el Superhombre, volverán a ser polvo y evolucionarán como gusanos, simios, hombre y Superhombre, una y otra vez.

En vez de abatirse, como en el Eclesiastés, ante esta nueva historia de desesperación, Nietzsche aprovechó la oportunidad para celebrar la irracionalidad de la historia y el triunfo de la "vida" sobre la lógica. La virtud suprema es el coraje de la voluntad de afirmar esta vida sin sentido, más allá de la razón, sin ningún motivo.

Sin embargo, en la última obra de Nietzsche, La voluntad de poder, la ausencia de un propósito o meta parece demoníaca y refleja el carácter demoníaco de la mente moderna. Sin un Dios, un Cielo, una Verdad y una Bondad absolutas a que aspirar, el sentido de la vida se convierte simplemente en "la voluntad de poder". El poder se convierte en su propia meta, no en un medio. La vida es como una burbuja, vacía por dentro y por fuera, pero su significado es la autoafirmación, el egotismo, explotar la burbuja y expandir el yo sin sentido en un vacío sin sentido. "Sólo la voluntad" es el consejo de Nietzsche. No importa cuál es tu voluntad ni por qué.

Ahora estamos en condiciones de entender por qué Nietzsche es un pensador de crucial importancia, no a pesar de su demencia, sino debido a ella. Nadie en la historia, excepto el Marqués de Sade posiblemente, ha formulado de una manera tan clara, franca y coherente la alternativa completa al cristianismo.

Las sociedades y filosofías precristianas (o sea las paganas) fueron como vírgenes. Las sociedades y filosofías poscristianas (o sea las modernas) son como divorciadas. Nietzsche no es precristianismo pagano, sino el esencial poscristianismo y anticristianismo modernos. Veía a Cristo precisamente como su principal enemigo y rival. El espíritu del anticristo nunca recibió una formulación tan completa. Nietzsche no sólo fue el filósofo favorito de la Alemania nazi, sino que también es el filósofo favorito del infierno.


Podemos agradecer la estupidez que cometió Satanás al "desenmascararse" en este hombre. Como el nazismo, Nietzsche puede hacernos asustar y ayudarnos a salvar a nuestra civilización e incluso a nuestras almas, apartándolas aterrorizadas antes de que sea demasiado tarde.


(visto en http://www.catholiceducation.org/es/religion-y-filosofia/otros-temas/los-pilares-de-la-falta-de-fe-nietzsche.html

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