Friedrich
Nietzsche se autodenominó el "anticristo" y escribió un libro con ese
título.
Nietzsche Se
pronunció a favor del ateísmo de la siguiente manera: "Ahora voy refutar
la existencia de los dioses. Si hubiera dioses, ¿cómo podría yo soportar no ser
un dios? En consecuencia, no hay dioses".
Desdeñaba tanto
la razón como la fe, e incluso muchas veces se contradecía a propósito
"una burla es mucho más noble que un silogismo" y apelaba a la
pasión, al odio retórico e incluso deliberado, más que a la razón.
Consideraba que
el amor era "el mayor de los peligros" y que la moralidad era la peor
debilidad del género humano. Murió de sífilis, demente y en un asilo: donde
firmó su última carta, "El crucificado". Los Nazis, quienes lo
consideraban como su filósofo "semioficial", lo adoraban.
Sin embargo, las
mentes más prominentes de nuestro siglo lo admiran por ser profundo y sabio.
¿Cómo puede ser?
Hay tres
escuelas de pensamiento sobre Nietzsche. La más popular entre los académicos es
la escuela de los "nietzscheanos moderados", que sostiene que
Nietzsche fue, de hecho, un cordero con piel de lobo; que sus ataques no deben
tomarse literalmente y que en realidad era un aliado y no un enemigo de las
instituciones y valores occidentales que denunciaba.
Estos pensadores
se asemejan a los teólogos que interpretan la frase "nadie va al Padre
sino por mí" de Jesús como "todas las religiones son igualmente
válidas", y que creen que "el que se casa con una mujer divorciada,
comete adulterio" significa "dejen que sus divorcios sean creativos y
razonables".
En segundo
lugar, están los nietzscheanos "radicales", que al menos le hacen un
cumplido a Nietzsche tomándolo en serio. Están representados en el pie de
página de un viejo libro católico sobre filosofía moderna, que dice tan solo
que Nietzsche existió, que era ateo y que murió demente: un destino que puede
esperarse de cualquiera que investigue el contenido de sus libros durante
demasiado tiempo.
Una tercera
escuela de pensamiento considera que Nietzsche es un lobo y no un cordero, pero
también cree que es un pensador importante que le revela a la civilización
occidental moderna su propio corazón oscuro y su futuro. Es fácil convertir en
chivos expiatorios y señalar con el dedo a "ovejas negras" como
Nietzsche y Hitler, pero ¿no es que hay un "Hitler en nosotros
mismos" (para citar el título del libro de Max Picard)? ¿No fue Nietzsche
quien develó el secreto? ¿Un secreto demoníaco oculto bajo el manto respetable
del humanismo secular? Una vez que "Dios haya muerto", morirá el
hombre, la moralidad, el amor, la libertad, la esperanza, la democracia, el
alma y a la larga la cordura. Nadie puede demostrarlo de una manera más gráfica
que el propio Nietzsche. Es probable que él mismo haya sido responsable (sin la
más mínima intención) de muchas conversiones.
Los puntos
principales de la filosofía de Nietzsche se pueden resumir citando los títulos
de sus principales obras. Cada una de dichas obras es, de un modo u otro, un
atentado contra la fe. El núcleo de la filosofía de Nietzsche siempre es el
mismo: está tan centrado en Cristo como lo está San Agustín, sólo que su obra
gira en torno a Cristo como enemigo.
El primer libro
de Nietzsche, El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música,
revolucionó por sí solo la visión aceptada de los antiguos griegos de que todo
es "dulzura y luz", razón y orden. Para Nietzsche, los grandes
griegos fueron los poetas trágicos, y redujo a los filósofos, comenzando por
Sócrates, a una categoría de menor importancia, además de considerarlos sosos y
poco apasionados. El mundo occidental siguió a Sócrates y a su racionalismo y
moralismo, y negó el otro lado más oscuro del hombre, el trágico.
Nietzsche en
cambio exaltó la tragedia, el caos, el desorden y la irracionalidad, simbolizada
por el dios Dionisio, el dios del crecimiento y de las orgías de embriaguez.
Sostenía que Sócrates logró que el mundo se volcara a la adoración de Apolo, el
dios del sol, de la luz, del orden y de la razón. Pero el destino del dios de
Nietzsche, Dionisio, pronto lo superaría a él mismo. Del mismo modo que los
Titanes, monstruos sobrenaturales del infierno, descuartizaron literalmente a
Dionisio, los Titanes que habitaban en su interior partieron al medio la mente
de Nietzsche.
"El uso y
el abuso de la Historia" continuó con el tema de lo dionisíaco contra lo
apolíneo. El "abuso de la historia" es (según Nietzsche) teoría,
ciencia, verdad objetiva. La historia debe servir para mejorar la
"vida". Se contraponen la vida y la verdad, el fuego y la luz, Dionisio
y Apolo, la voluntad y el intelecto. Vemos aquí que Nietzsche se parte al medio
dado que éstas no son más que las dos partes del yo.
Ecce Homo fue un
egotismo descarado y pseudo-autobiográfico. A pesar de que en la guerra fue un
simple camillero, Nietzsche se autodenomina como "un arrogante y viejo
artillero" adorado por todas las mujeres. De hecho, era un viejo solitario
que no podía soportar ver sangre, un enano emocional que se pavoneaba como
Napoleón. Lo más aterrador es que abrazaba su falsedad y fantasía por voluntad
propia. Es coherente con su filosofía o con preferir "cualquier cosa que
mejore la vida" antes que la verdad. "¿Por qué no vivir una
mentira?", pregunta.
En La genealogía
de la moral sostuvo que la moral es un invento de los débiles (especialmente de
los judíos y luego de los cristianos) para socavar a los fuertes. El cordero
convence al lobo para que se comporte como un cordero. Esto es antinatural,
dice Nietzsche, y si vemos el origen antinatural de la moral en el
resentimiento ante la inferioridad, nos liberaremos del poder que ejerce sobre
nosotros.
Veía a Cristo
precisamente como su principal enemigo y rival.
El espíritu del anticristo nunca recibió una formulación tan
completa. Nietzsche no sólo fue el
filósofo favorito de la Alemania nazi, sino que también es el filósofo favorito
del infierno.
Más allá del
bien y del mal es la moral alternativa o la "nueva moral" de
Nietzsche. La "moral del amo" es totalmente diferente a la
"moral del siervo", según Nietzsche. Lo que ordena el amo es bueno
por el simple hecho de que él lo ordena. Los débiles corderos tienen una moral
de obediencia y conformidad. Los amos tienen el derecho natural de hacer lo que
les plazca, dado que, al no haber un Dios, todo está permitido.
El ocaso de los ídolos
explora las consecuencias de "la muerte de Dios". (Por supuesto que
Dios nunca vive realmente, sino la fe en Él. Pues bien, ahora está muerta,
según Nietzsche). Con Dios mueren todas las verdades objetivas (dado que no
existe una mente superior a la nuestra) y junto con ellas los valores
objetivos, las leyes y la moral (dado que no existe una voluntad superior a la
nuestra). El alma, el libre albedrío, la inmortalidad, la razón, el orden, el
amor - todos son "ídolos", pequeños dioses, que mueren ahora que el
gran Dios murió.
¿Cómo se
reemplaza a Dios? El mismo ser que reemplazará al hombre: el superhombre. La
obra maestra de Nietzsche, Así habló Zaratustra [Thus Spake Zarathustra], es un
canto a este nuevo dios.
Nietzsche le dio
al Zaratustra el nombre de nueva Biblia y le dijo al mundo "desháganse de
todos los demás libros, ahora tienen mi Zaratustra". Se trata de una
retórica tóxica que cautivó a adolescentes por generaciones y generaciones. Se
escribió en unos pocos días, tal vez en un arrebato de "escritura
automatizada" literalmente inspirada por el demonio. Ningún libro antes
escrito contiene tantos arquetipos jungianos, como si se desatara un
espectáculo de fuegos artificiales, pero con imágenes del inconsciente.
Su mensaje
esencial es la condena del hombre actual como un alfeñique y el anuncio de la
próxima especie: el superhombre, que vive según la "moral del amo" en
vez de la "moral del siervo". Dios está muerto, ¡viva el nuevo dios!
Sin embargo, en
El Eterno Retorno Nietzsche descubre que todos los dioses mueren, y entre ellos
el Superhombre. Creía que la historia se movía necesariamente en un ciclo que
repetía infinitas veces todos los eventos del pasado: "No hay nada nuevo
bajo el sol". Nietzsche arribó a esta conclusión desvaída a partir de dos
premisas: (1) un cantidad finita de materia y (2) una cantidad infinita de
tiempo (dado que no hay creador ni creación). Así, toda combinación posible de
partículas elementales, cada palabra posible, ocurre una cantidad infinita de
veces, dado el tiempo infinito. Todos, incluso el Superhombre, volverán a ser
polvo y evolucionarán como gusanos, simios, hombre y Superhombre, una y otra
vez.
En vez de
abatirse, como en el Eclesiastés, ante esta nueva historia de desesperación,
Nietzsche aprovechó la oportunidad para celebrar la irracionalidad de la
historia y el triunfo de la "vida" sobre la lógica. La virtud suprema
es el coraje de la voluntad de afirmar esta vida sin sentido, más allá de la
razón, sin ningún motivo.
Sin embargo, en
la última obra de Nietzsche, La voluntad de poder, la ausencia de un propósito
o meta parece demoníaca y refleja el carácter demoníaco de la mente moderna.
Sin un Dios, un Cielo, una Verdad y una Bondad absolutas a que aspirar, el
sentido de la vida se convierte simplemente en "la voluntad de
poder". El poder se convierte en su propia meta, no en un medio. La vida
es como una burbuja, vacía por dentro y por fuera, pero su significado es la
autoafirmación, el egotismo, explotar la burbuja y expandir el yo sin sentido
en un vacío sin sentido. "Sólo la voluntad" es el consejo de
Nietzsche. No importa cuál es tu voluntad ni por qué.
Ahora estamos en
condiciones de entender por qué Nietzsche es un pensador de crucial importancia,
no a pesar de su demencia, sino debido a ella. Nadie en la historia, excepto el
Marqués de Sade posiblemente, ha formulado de una manera tan clara, franca y
coherente la alternativa completa al cristianismo.
Las sociedades y
filosofías precristianas (o sea las paganas) fueron como vírgenes. Las
sociedades y filosofías poscristianas (o sea las modernas) son como
divorciadas. Nietzsche no es precristianismo pagano, sino el esencial
poscristianismo y anticristianismo modernos. Veía a Cristo precisamente como su
principal enemigo y rival. El espíritu del anticristo nunca recibió una
formulación tan completa. Nietzsche no sólo fue el filósofo favorito de la
Alemania nazi, sino que también es el filósofo favorito del infierno.
Podemos
agradecer la estupidez que cometió Satanás al "desenmascararse" en
este hombre. Como el nazismo, Nietzsche puede hacernos asustar y ayudarnos a
salvar a nuestra civilización e incluso a nuestras almas, apartándolas
aterrorizadas antes de que sea demasiado tarde.
(visto en http://www.catholiceducation.org/es/religion-y-filosofia/otros-temas/los-pilares-de-la-falta-de-fe-nietzsche.html
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