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jueves, 4 de junio de 2015

(21) Perlitas de filosofía

Precisely because it operates at the third level of abstraction, metaphysics is the most difficult to learn of all of the human sciences, that is, of all the sciences discoverable by the light of human reason alone. For this reason, one should undertake this lofty and difficult science only after having studied, for example, logic, cosmology (the philosophy of inanimate nature, or simply called the philosophy of nature), the philosophy of animate nature (or philosophical psychology) and philosophical anthropology. Metaphysics is usually grasped when one has reached a certain level of dominion over the passions (which cloud the understanding), developed a good habit of intellectual contemplation, and attained a sufficient level of intellectual maturity.


Precisamente debido a que opera en el tercer nivel de abstracción, la metafísica es la más difícil de aprender de todas las ciencias humanas, es decir, de todas las ciencias alcanzables por la luz de la razón humana por sí sola. Por esta razón, se debe llevar a cabo el aprendizaje de esta noble y difícil ciencia sólo después de haber estudiado, por ejemplo, la lógica, la cosmología (la filosofía de la naturaleza inanimada, o simplemente filosofía de la naturaleza), la filosofía de la naturaleza animada (o psicología filosófica) y la antropología filosófica. La metafísica es comprensible cuando uno ha logrado un cierto nivel de dominio sobre las pasiones (que nublan el entendimiento), cuando ha desarrollado un buen hábito de contemplación intelectual y alcanzado un nivel suficiente de madurez intelectual.

(Texto tomado del artículo "What is metaphysics?", de Paul G. Horigan).

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La metafísica es sin duda alguna la reina de las ciencias humanas (la teología es superior a causa de su objeto y su nivel de certeza, pero no es ciencia puramente racional).

Sin embargo no es un secreto que la metafísica es particularmente difícil de comprender. Y las razones para ello nos las da Paul G. Horrigan en el texto citado: 

-Es una ciencia ubicada en el más alto nivel de abstracción.

-Requiere un cierto nivel de dominio de las pasiones.

-Exige buenos hábitos de contemplación intelectual.

-Exige madurez.


En primer lugar, que la metafísica esté ubicada en el más alto nivel de abstracción significa que estudia las realidades más alejadas de lo material. Y no solo estudia lo más alejado de lo material, sino que para hacerlo debe recurrir a conceptos que también son los más alejados de toda referencia material: ser, esencia, acto, potencia, etc.

Y esto la hace una ciencia difícil porque a los seres humanos se nos dificulta todo en proporción directa a su alejamiento respecto del universo sensible, que es el que tenemos directamente al alcance de la mano. Irnos alejando de dicho universo sensible hacia terrenos abstractos es algo que hacemos con bastante dificultad y no todos lo hacen en forma satisfactoria. Por poner un ejemplo: nos resulta sencillo escoger entre varias situaciones que unos actores representan ante nosotros, cuál de ellas representa una acción justa. Pero la cosa se comienza a complicar cuando se nos pide explicar nuestra decisión. Y se complica aún más si se nos pide definir la justicia.

En segundo lugar, la metafísica requiere haber llegado a un cierto nivel de dominio de las pasiones. Fijar los ojos de la inteligencia sobre objetos que van más allá de lo sensible es una tarea que exige estar habituado a dicho dominio sobre lo sensible. Quien vive aún su vida sometido completamente a la tiranía de sus apetitos sensibles, con gran dificultad logrará comprender incluso los más elementales conceptos metafísicos. Su costumbre a vivir exclusivamente entre lo sensible le impedirá el camino hacia lo espiritual.

De hecho Aristóteles decía que los jóvenes no alcanzan esta ciencia metafísica a la perfección, porque viven sumidos aún en el universo de lo inmediato y superficial.

En tercer lugar, la contemplación intelectual. Esta condición va muy unida con la anterior. La contemplación consiste en el hábito de mirar las cosas tratando de ver más allá de las meras apariencias, hasta llegar al sentido íntimo de lo real. Y con el adjetivo de “intelectual” se hace referencia a un modo de contemplación que busca penetrar las apariencias sensibles de las cosas, ir más allá de lo captable por medio de los sentidos, con el fin de alcanzar los aspectos esenciales e inteligibles.

Lamentablemente la formación académica actual no prepara en este tipo de ejercicio intelectual. La filosofía, que se supone debiera ser la disciplina más directamente relacionada con el cultivo de esta contemplación intelectual en los bachilleres y universitarios, ha dejado de ser lo que era y se ha convertido en algo distinto, como dijimos en una ‘Perlita’ reciente.

Por último, la madurez intelectual, fruto de las tres anteriores condiciones.

La gran dificultad que tiene el hombre moderno para superar estos 4 requisitos previos para la comprensión de las tesis metafísicas, es una de las causas de que hoy la metafísica y sus temas no gocen de buena acogida entre las personas. Y no es que hubiera habido antes un tiempo en el que todo el mundo hablara de metafísica por la calle mientras esperaban el bus, no, sino que hoy ni siquiera los que antaño se ocupaban de esos temas, lo hacen. La metafísica brilla hoy por su ausencia. La hemos exiliado del discurso público y reinan completamente los discursos “inmediatistas”, discursos de lo inmediato, del aquí y el ahora.

Urge la recuperación de la metafísica, no solo como disciplina específica en el conjunto de las ciencias, sino también como hábito mental en todos nosotros. Solo así podremos acceder nuevamente a ese universo sapiencial que nuestros antepasados conocían tan bien y del que nosotros no tenemos más que recuerdos y sombras.


Leonardo R.



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