Precisely because it operates at the
third level of abstraction, metaphysics is the most difficult to learn of all
of the human sciences, that is, of all the sciences discoverable by the light of
human reason alone. For this reason, one should undertake this lofty and
difficult science only after having studied, for example, logic, cosmology (the
philosophy of inanimate nature, or simply called the philosophy of nature), the
philosophy of animate nature (or philosophical psychology) and philosophical
anthropology. Metaphysics is usually grasped when one has reached a certain
level of dominion over the passions (which cloud the understanding), developed
a good habit of intellectual contemplation, and attained a sufficient level of intellectual
maturity.
Precisamente debido a que opera en el
tercer nivel de abstracción, la metafísica es la más difícil de aprender de
todas las ciencias humanas, es decir, de todas las ciencias alcanzables por la
luz de la razón humana por sí sola. Por esta razón, se debe llevar a cabo el
aprendizaje de esta noble y difícil ciencia sólo después de haber estudiado,
por ejemplo, la lógica, la cosmología (la filosofía de la naturaleza inanimada,
o simplemente filosofía de la naturaleza), la filosofía de la naturaleza
animada (o psicología filosófica) y la antropología filosófica. La metafísica
es comprensible cuando uno ha logrado un cierto nivel de dominio sobre las
pasiones (que nublan el entendimiento), cuando ha desarrollado un buen hábito de
contemplación intelectual y alcanzado un nivel suficiente de madurez
intelectual.
(Texto tomado del artículo "What is metaphysics?", de Paul G. Horigan).
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La metafísica es sin duda alguna la reina de las ciencias humanas (la teología es superior a causa de su objeto y su nivel de certeza, pero no es ciencia puramente racional).
Sin embargo no es un secreto que la metafísica es particularmente difícil de comprender. Y las razones para ello nos las da Paul G. Horrigan en el texto citado:
-Es una ciencia ubicada en el más alto nivel de abstracción.
-Requiere un cierto nivel de dominio de las pasiones.
-Exige buenos hábitos de contemplación intelectual.
-Exige madurez.
En
primer lugar, que la
metafísica esté ubicada en el más alto nivel de abstracción significa que
estudia las realidades más alejadas de lo material. Y no solo estudia lo más
alejado de lo material, sino que para hacerlo debe recurrir a conceptos que
también son los más alejados de toda referencia material: ser, esencia, acto,
potencia, etc.
Y esto la hace una ciencia difícil
porque a los seres humanos se nos dificulta todo en proporción directa a su
alejamiento respecto del universo sensible, que es el que tenemos directamente
al alcance de la mano. Irnos alejando de dicho universo sensible hacia terrenos
abstractos es algo que hacemos con bastante dificultad y no todos lo hacen en
forma satisfactoria. Por poner un ejemplo: nos resulta sencillo escoger entre
varias situaciones que unos actores representan ante nosotros, cuál de ellas
representa una acción justa. Pero la cosa se comienza a complicar cuando se nos
pide explicar nuestra decisión. Y se complica aún más si se nos pide definir la
justicia.
En
segundo lugar, la
metafísica requiere haber llegado a un cierto nivel de dominio de las pasiones.
Fijar los ojos de la inteligencia sobre objetos que van más allá de lo sensible
es una tarea que exige estar habituado a dicho dominio sobre lo sensible. Quien
vive aún su vida sometido completamente a la tiranía de sus apetitos sensibles,
con gran dificultad logrará comprender incluso los más elementales conceptos
metafísicos. Su costumbre a vivir exclusivamente entre lo sensible le impedirá
el camino hacia lo espiritual.
De hecho Aristóteles decía que los
jóvenes no alcanzan esta ciencia metafísica a la perfección, porque viven
sumidos aún en el universo de lo inmediato y superficial.
En
tercer lugar, la
contemplación intelectual. Esta condición va muy unida con la anterior. La
contemplación consiste en el hábito de mirar las cosas tratando de ver más allá
de las meras apariencias, hasta llegar al sentido íntimo de lo real. Y con el
adjetivo de “intelectual” se hace referencia a un modo de contemplación que
busca penetrar las apariencias sensibles de las cosas, ir más allá de lo
captable por medio de los sentidos, con el fin de alcanzar los aspectos
esenciales e inteligibles.
Lamentablemente la formación académica
actual no prepara en este tipo de ejercicio intelectual. La filosofía, que se
supone debiera ser la disciplina más directamente relacionada con el cultivo de
esta contemplación intelectual en los bachilleres y universitarios, ha dejado
de ser lo que era y se ha convertido en algo distinto, como dijimos en una ‘Perlita’
reciente.
Por
último, la madurez
intelectual, fruto de las tres anteriores condiciones.
La gran dificultad que tiene el hombre
moderno para superar estos 4 requisitos previos para la comprensión de las
tesis metafísicas, es una de las causas de que hoy la metafísica y sus temas no
gocen de buena acogida entre las personas. Y no es que hubiera habido antes un
tiempo en el que todo el mundo hablara de metafísica por la calle mientras
esperaban el bus, no, sino que hoy ni siquiera los que antaño se ocupaban de
esos temas, lo hacen. La metafísica brilla hoy por su ausencia. La hemos
exiliado del discurso público y reinan completamente los discursos “inmediatistas”,
discursos de lo inmediato, del aquí y el ahora.
Urge la recuperación de la metafísica,
no solo como disciplina específica en el conjunto de las ciencias, sino también
como hábito mental en todos nosotros. Solo así podremos acceder nuevamente a
ese universo sapiencial que nuestros antepasados conocían tan bien y del que
nosotros no tenemos más que recuerdos y sombras.
Leonardo R.
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