Siempre ha habido ateos, así como siempre ha habido creyentes. En ambos bandos los hay de todos los tipos imaginables y posibles. Por ejemplo entre los creyentes los hay que son verdaderos creyentes, lo que se llama comúnmente 'practicantes', los otros ni siquiera deberían contarse entre los creyentes, están dormidos. Y entre los creyentes practicantes los hay que son tales por tradición familiar, casi que por costumbre; mientras que otros lo son por una convicción consciente y personal. Y aún entre estos últimos unos son creyentes por una fe que no requiere ni busca razones, mientras que otros han consolidado su fe a la luz de estudios serios sobre las bases filosóficas y teológicas de la misma. Hay de todo.
Asimismo entre los ateos hay de todo. Pero fundamentalmente se habla de dos tipos de ateos o de ateísmo que engloban a los demás: el ateísmo práctico y el teórico. De esto ya hemos hablado en este blog anteriormente. Baste recordar que el ateo teórico es el que trata de buscar en la ciencia o en la filosofía moderna razones que fundamenten su ateísmo, es decir, busca razones para probar que Dios no existe. Mientras que el ateo práctico no se preocupa por buscar razones, se limita a vivir su vida dando por hecho que Dios no existe, y punto.
Lo que nos preguntamos hoy es ¿Por qué atrae el ateísmo?, o dicho de otra manera ¿qué convierte a alguien en ateo?
Bueno, las razones son muchas, enumeremos tan solo algunas:
1) Malos ejemplos observados en el clero o en los católicos
2) Influencia negativa de profesores universitarios
3) Deseo vano de ser "moderno" y "progresista"
4) Vida hedonista alejada de toda norma
Veamos...
1) Es indudable que muchos abandonan la Iglesia e incluso la fe a causa de los malos ejemplos del clero y de los fieles. Es algo grave y lamentable. Hoy los medios de comunicación se encarnizan de forma morbosa con casos de pederastia entre algunos miembros del clero y tienden incluso a presentar tal fenómeno como algo casi que normal dentro de los hombres de iglesia. Son casos profundamente lamentables y que no debieran ocurrir; Sin embargo, hay que tener en cuenta que en su gran mayoría, por no decir todos, se trata de hombres SIN verdadera vocación, que han engañado a las autoridades de sus respectivos seminarios manteniendo bien ocultas y disimuladas sus intenciones, hasta llegar al sacerdocio el cual utilizan para sus costumbres depravadas y criminales. Sin contar con el hecho de que más que de clero depravado habría que hablar de homosexuales pederastas que logran infiltrarse en el clero para hacer de las suyas. El daño que causan es enorme a causa de la repercusión que estos casos reciben en los medios masivos de comunicación.
Casos de este tipo entre el clero, sumados a la vida de incoherencia que llevan innumerables católicos en sus familias, hacen que la decisión por el ateísmo atraiga a muchos, pues razonan de la siguiente forma: ¿qué puede ofrecerme a mí un Dios cuyos seguidores y representantes viven como viven, siendo incluso muchos de ellos del grupo de los peores miembros de la sociedad? y concluyen que no necesitan esa "religión".
Estos han decidido mirar solo una parte del cuadro, y no la más grande ni la más hermosa. Han olvidado, por ejemplo, dar una mirada a la vida de los santos, que son en últimas los verdaderos representantes del catolicismo. De haberlo hecho quizá habrían comprendido que en el catolicismo no solo hay la cara fea de sus peores miembros, sino también la cara hermosa de su élite: los innumerables santos y santas que por siglos han dado al mundo ejemplos admirables de virtud y sacrificio.
2) Todos los que hemos tenido ocasión de recibir educación universitaria conocemos esa clase de profesores que aprovechan su cátedra para lanzar desde ella, adornados con una autoridad que personalmente no poseen, ataques, burlas e incluso insultos contra la Iglesia y contra los creyentes. Los acusan de retrógrados, de ir contra la "ciencia", de enemigos del "progreso", de "fanatismo", "intolerancia", y un largo etc. Y todo ello lo hacen amparados en su título profesional y en su cargo de docentes universitarios, como si ello fuera el 'non plus ultra' de la sabiduría suprema.
El daño que éstos hacen entre las inteligencias inexpertas e inmaduras de los universitarios es grande, arrastran a muchos tras de su pretendida autoridad "científica" y los conducen directamente hacia el ateísmo, incluso hacia el ateísmo militante, ese que agrede, combate e insulta al creyente y a la fe.
En este punto valdría la pena permanecer al tanto de unos debates interesantísimos que se están dando actualmente sobre todo en Estados Unidos. Se trata de debates en los cuales los dos bandos tienen semejanzas y también una profunda diferencia. Lo que los diferencia es que los unos son ateos y los otros creyentes. Lo que los asemeja es que en ambos bandos abundan los hombres de ciencia y los filósofos. Es decir, hay hombres de ciencia y filósofos de gran renombre en ambos bandos. La producción literaria es enorme: libros, artículos, debates (algunos de ellos televisados). Donde los creyentes, dueños también de títulos y cátedras en las más prestigiosas universidades norteamericanas exponen con sobra de argumentos que NADA EN LA CIENCIA ACTUAL PERMITE CONCLUIR LA INEXISTENCIA DE DIOS, y que por el contrario LOS HALLAZGOS MÁS RECIENTES DE DIVERSOS CAMPOS DE LA ACTIVIDAD CIENTÍFICA APUNTAN NECESARIAMENTE A LA EXISTENCIA DE UN SER SUPREMO CREADOR DE TODO.
Al lector interesado le recomendamos seguir la obra del filósofo católico Edward Feser, para mantenerse al tanto de todo esto. Éste es su blog de Internet:
http://edwardfeser.blogspot.com.co/
Dejamos los puntos 3 y 4 para la siguiente publicación a fin de no hacer excesivamente largos estos artículos.
Leonardo Rodríguez
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