sábado, 3 de abril de 2021

Ampliar la extensión de una idea disminuye su comprensión. Algo de lógica "revolucionaria".

 Una de las primeras cosas que se aprende en los manuales de lógica es el tema de la comprensión y la extensión de las ideas o conceptos. Brevemente se trata de lo siguiente: una idea tiene comprensión y extensión, son dos de sus características. La comprensión de un concepto es su contenido, como cuando se dice que hombre es animal racional, la animalidad y la racionalidad son el contenido del concepto de hombre. La extensión de un concepto tiene que ver con la cantidad de cosas o individuos a los cuales ese concepto puede ser aplicado, en el caso del concepto hombre, su extensión la conforman todos los individuos de los cuales se puede decir que son hombres.


Ahora bien, la comprensión y la extensión de una idea se relacionan de manera inversamente proporcional, es decir, si la una crece, la otra disminuye; y si la una disminuye la otra crece. En el ejemplo del concepto hombre, tenemos que su comprensión está dada por la animalidad y la racionalidad; y su extensión son todos los individuos de los que se puede predicar ese concepto. Pero, ¿qué pasaría si quitamos la racionalidad? Quedaría la animalidad solamente, tendríamos sencillamente el concepto de animal, y al reducir su comprensión aumentaría su extensión, porque ahora el conjunto de individuos de quienes es posible decir que son animales es mucho más grande que el conjunto de individuos de los que es posible decir que son hombre. ¿Y qué es un animal? ¿Cuál es su comprensión? Animal es una substancia viviente sensible. Pero ¿qué pasa si quitamos a ese concepto la nota de "sensible" y reducimos su comprensión? Pues pasa que nos queda el concepto de substancia viva y ese concepto es aplicable a una extensión mayor de sujetos que aquella de la que se puede predicar el concepto animal, que es más rico en comprensión y por tanto más pequeño en extensión.


¿Bien, y ¿por qué les estoy hablando de esto? Por lo siguiente.


Si algo caracteriza a los sistemas de pensamiento que han venido apareciendo en los últimos siglos hasta desembocar en ese que tenemos hoy en día, como quiera que se le llame, es un rechazo explícito o implícito a la actividad conceptualizadora de la inteligencia, es decir, una guerra abierta contra esa facultad nuestra con la que conocemos la realidad de las cosas y la expresamos en conceptos. El hombre puede por ejemplo alcanzar la quididad o esencia de la libertad y puede expresarla en un concepto o definición. Y así con lo demás: hombre, Dios, alma, verdad, etc.


Esto ha molestado mucho a los "filósofos" que han buscado hacer su camino más bien por el lado de la voluntad, terminando por endiosar al hombre convirtiéndolo en "creador" de realidades: el hombre no conoce la realidad que ya está ahí, sino que la crea. Entonces estos "filósofos" han propuesto que en vez de conceptos y definiciones que evidentemente limitan la "sagrada" libertad humana, lo que hay que lograr es la "deconstrucción" del universo conceptual previo y la construcción sobre sus ruinas de un nuevo universo discursivo, caracterizado ya no por la intención de captar y expresar lo real, sino de crearla.


Volvamos a la comprensión y extensión de los conceptos.


Una de las estrategias para lograr su propósito les está generando mucho éxito. Consiste en AMPLIAR desaforadamente la EXTENSIÓN de los conceptos para...¿ya lo adivinaron? ¡Claro! Para DINAMITAR la comprensión de los mismos. Un ejemplo:


El concepto de familia. En términos bastante generales se entiende por familia la sociedad primera natural, conformada por el hombre y la mujer, seguidos de su prole, unidos por vínculos de sangre y de afecto, ordenada al bien de la prole y al socorro mutuo de los esposos.


Si soy un revolucionario, posmoderno, "filósofo", etc., ¿Cómo podría destruir ese concepto de familia que encuentro tan limitado y "discriminador"? Ampliando su extensión para limitar su comprensión hasta ojalá reducirla a nada. Cuando su comprensión sea casi la nada misma, recién podré construir sobre ella un nuevo concepto de familia, que ya nada tenga que ver con el anterior, que tanto me incomoda.


Entonces nuestro posmoderno dirá que familia NO ES SOLO ESO que dijimos arriba, dirá que familia también es una relación homosexual; dirá que familia también es si yo me quiero casar con una vaca; dirá que familia también es si un hombre se quiere casar con su mamá (cosa que ya ha pasado); dirá que familia es básicamente cualquier conjunto de lo que sea, desde que sean personas o se "perciban" como tales.


¡Claro! Con semejante ampliación de la extensión del concepto de familia, su comprensión queda en casi nada, queda en "conjunto de personas que viven juntos, o no, como sea".


¿Qué queda del concepto de familia después de ese proceso de "deconstrucción"? Su extensión está en su máximo, por ende su comprensión está en lo mínimo. O en otras palabras, la familia es cualquier cosa, precisamente porque A TODO se le llama familia.


Y el proceso es aplicable a todo concepto. Piensen en el concepto AMOR, LIBERTAD, ESPIRITUALIDAD, IGUALDAD, VERDAD, etc.


¿Cuál es el camino para destruir un concepto? Destruir su significado, ¿cómo? Destruyendo su comprensión, ¿cómo? Ampliando su extensión hasta que ya no signifique NADA.


¿Ven la importancia de estudiar lógica?



Leonardo Rodríguez Velasco.

 

 

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