San Bernardo:
"En todo lugar muéstrate respetuoso con tu Ángel. Muévate a rendir culto a su grandeza el
agradecimiento por sus beneficios. Ama a
ese futuro coheredero, que ahora es el tutor designado por el Padre para los
días de tu niñez. Porque, aunque somos hijos de Dios, no pasamos ahora de niños
y el camino es largo y peligroso. Pero Dios ha mandado a sus Ángeles que te
guarden en todos tus caminos; y ellos te
llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece en las piedras. Pisarás sobre
áspides y basiliscos y hollarás al león y al dragón. Ciertamente, por donde el
camino es fácil para un niño, su ayuda se reducirá a ser simplemente un guía, a
sostenerte como se hace con los niños. Pero la prueba ¿corre peligro de exceder
a tus fuerzas? Te llevarán en sus manos. ¡Manos de Ángeles! ¡Cuántos
atolladeros temibles, saltados como sin darse cuenta merced a esas manos, sólo
dejarán en el hombre la impresión de una pesadilla desvanecida
rápidamente"
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