miércoles, 20 de julio de 2011

CHARLES MAURRAS


Charles Maurras, el padre de la Derecha Católica

por José Luis Orella

Charles Maurras, fue uno de los intelectuales que más influyeron en la formación de las distintas escuelas de pensamiento de derechas en todo el mundo.
Nacido en Martigues (Bouches-du-Rhône), el 20 de abril de 1868, en el seno de una familia provenzal. El futuro escritor estudió en el colegio d´Aix-en-Provence, pero pronto se traslado a París para estudiar humanidades greco-latinas. En ese momento empezó a colaborar con diversas revistas y a exponer su “razón clásica” frente a la decadencia propiciada por el romanticismo irracionalista. Militante en el tradicionalismo legitimista, defendió el nacionalismo integral, que pedía la vuelta a la Francia monárquica anterior a la revolución francesa. Francia debía volver a ser la primogénita de la Iglesia, volver a la tradición perdida de Clodoveo y San Luis. En ese sentido, el país galo debía recatolizarse; adoptar la institución monárquica perdida, que siempre sería superior a la republicana e implantar un régimen gremial que sustituyese al individualismo liberal, en beneficio de una sociedad corporativa, similar a la medieval, donde la sociedad carecía de las penurias del capitalismo, gracias a las instituciones gremiales que ayudaban a sus miembros más necesitados.
Para poder defender sus ideas, en 1899 fundó L’Action Française, donde se concentró lo más excelso de la intelectualidad católica francesa. En el marco de Action Francaise se constituyó una liga política (1902), un instituto con cátedras para la enseñanza (1906) y un periódico (1908). Para el reparto del periódico y como milicia propia se formaron los camelots du roi. La gran reputación que adquirió se debió a la preocupación de Maurras por la exposición. Antes de interesarse por los planteamientos políticos, el escritor provenzal abogó por la claridad en el arte y la literatura. La claridad de la exposición de sus ideas sirvió para atraer a los ideales legitimistas una variedad de jóvenes intelectuales sin ninguna conexión con el mundo vendeano o chuan. La calidad de los colaboradores de la revista haría reverdecer al legitimismo francés y proporcionará un laboratorio de ideas a la derecha gala, que trascenderá sus fronteras. Portugal, Italia, Bélgica, Suiza, España y Austria modernizarían sus derechas con las aportaciones del genial intelectual. Su influencia llegaría a América, donde su eco llegó al Canadá francés, al catolicismo irlandés estadounidense y el conservadurismo hispanista de Iberoamérica.
Bajo el patrocinio de Maurras, León Daudet, hijo del célebre novelista, ejerció de hábil escudero llevando el protagonismo de la polémica política. Junto a él pasaron una pléyade de intelectuales como Maurice Puyo, Henry Massis, Georges Valois, Robert Brasillach etc. Que hicieron sus primeras letras en el periódico. Sin embargo, aunque defensor de la Iglesia Católica como baluarte del orden social, por su agnosticismo personal, Maurras será condenado en 1926 por el Papa. El positivismo que defendía y fundamentalmente, la gran influencia ejercida sobre la intelectualidad católica por un agnóstico, fue quebrada por los sectores más liberales, enemigos acérrimos del genio del Midi. No obstante, cuando renunció al positivismo de su orientación filosófica le fue levantada la condena a su obra en 1929.
Su gran influencia intelectual en la juventud universitaria, ayudó a modelar un nacionalismo francés antialemán y crítico hacia los valores liberales de la III República. En Bélgica, en una encuesta realizada por los estudiantes de la juventud católica, Charles Maurras, quedó como el intelectual que más había influido en el panorama juvenil belga. En España, con la II república, un régimen similar al que padecían sus vecinos galos, las diferentes derechas hispanas se sentían deudoras del pensador francés. Tanto José Calvo Sotelo, como Víctor Pradera, habían sido suscriptores de la revista legitimista. Incluso, aunque con diferente doctrina, el ejemplo se llevó a cabo con la creación por Eugenio Vegas Latapie de Acción Española, verdadero laboratorio de ideas de la derecha española. No obstante, Charles Maurras no pasó nunca de ser un intelectual, y nunca planificó utilizar su liga para conquistar el poder. El desencanto consiguiente entre los jóvenes, producía que después de un tiempo de formación en el nacionalismo integral, partiesen en busca de mayor actividad en otras organizaciones. Los cuadros intelectuales de las diferentes ligas nacionalistas, patrióticas y fascistas que surgieron en la década de los treinta, se habían formado bajo la hábil dirección del viejo Maurras.
Pero las nubes de la guerra se acercaban y la guerra civil española dividió a su vez a la sociedad francesa en dos bloques. Charles Maurras fue el principal protagonista de concentrar y agrupar a la intelectualidad católica y de derechas en el apoyo al bando nacional español. Poco tiempo después, se iniciaba la Segunda Guerra Mundial y Francia se veía comprometida con su vieja enemiga Alemania. Charles Maurras recuperó el discurso nacionalista antiteutón que le hizo famoso en los años de la anterior conflagración mundial, donde se recuperó Alsacia y Lorena. No obstante, la derrota trajo también la caída del régimen que había hundido Francia. La instauración de la Francia de Vichy por el mariscal Petain en 1940, sirvió para proporcionar una oportunidad para construir la Francia que siempre había predicado el escritor provenzal. Charles Maurras se convirtió en el inspirador de los principios de la revolución nacional que debía provocar el renacimiento de una Francia fiel a su pasado tradicional. La nueva Francia se basó en el corporativismo, la familia, la orientación católica de la educación y la resurrección de la historia francesa anterior a la revolución de 1789. Pero la colaboración con la administración vichista, no significó el reconocimiento de la ocupación alemana. Los camelots du roi que ingresaron en la Legión de Voluntarios Franceses para luchar contra el comunismo en Rusia, fueron expulsados de la asociación.
La verdad es que los maurrasianos se dividieron según la importancia que diesen a los distintos puntos enseñados por su maestro. Los más anticomunistas formaron el nervio de la división Carlomagno de las SS, mientras que los más nacionalistas, formaron la base de la resistencia gala contra los alemanes. Sin embargo, al final de la segunda guerra mundial en 1945, Charles Maurras fue depurado y condenado por colaboracionismo. Aunque Maurras siempre mantuvo una postura equidistante y opuesta a colaborar con el enemigo alemán. Marginado de la vida académica, fue recluido en Riom y Clairvaux. Finalmente, el mayor intelectual de la derecha del siglo XX, murió dentro de la Iglesia Católica el 16 de noviembre de 1952.
(ARTÍCULO TOMADO DE http://www.arbil.org/(86)maur.htm )

lunes, 18 de julio de 2011

EL DISCURSO DEL REY


Hace casi un siglo, el 30 de mayo de 1919, el por entonces Rey de España, Alfonso XII, pronunció un discurso con motivo de la consagración de esa nación al Sagrado Corazón de Jesús. Dijo entonces el abuelo del actual Rey:

“Corazón de Jesús Sacramentado, Corazón del Dios Hombre, Redentor del Mundo, Rey de Reyes y Señor de los que dominan:

España, pueblo de tu herencia y de tus predilecciones, se postra hoy reverente ante este trono de tus bondades que para Tí se alza en el centro de la península. Todas las razas que la habitan, todas las regiones que la integran, han constituido en la sucesión de los siglos y a través de comunes azares y mutuas lealtades esta gran patria española, fuerte y constante en el amor a la Religión y en su adhesión a la Monarquía.

Sintiendo la tradición católica de la realeza española y continuando gozosos la historia de su fe y de su devoción a Vuestra Divina Persona, confesamos que Vos vinisteis a la tierra a establecer el reino de Dios en la paz de las almas, redimidas por Vuestra Sangre y en la dicha de los pueblos que se rijan por vuestra santa Ley; reconocemos que tenéis por blasón de Vuestra Divinidad conceder participación de Vuestro Poder a los Príncipes de la tierra y que de Vos reciben eficacia y sanción todas las leyes justas, en cuyo cumplimiento estriba el imperio del orden y de la paz.

Vos sois el camino seguro que conduce a la posesión de la vida eterna: luz inextinguible que alumbra los entendimientos para que conozcan la verdad y principio propulsor de toda vida y de todo legítimo progreso social, afianzándose en Vos y en el poderío y suavidad de vuestra gracia, todas las virtudes y heroísmos que elevan y hermosean el alma.

Venga, pues, a nosotros tu Santísimo Reino, que es Reino de justicia y de amor. Reinad en los corazones de los hombres, en el seno de los hogares, en la inteligencia de los sabios, en las aulas de la Ciencia y de las Letras, y en nuestras leyes e instituciones patrias.

Gracias, Señor, por habernos librado misericordiosamente de la común desgracia de la guerra, que tantos pueblos ha desangrado; continuad con nosotros la obra de vuestra amorosa providencia.

Desde estas alturas que para Vos hemos escogido, como símbolo del deseo que nos anima de que presidáis todas nuestras empresas, bendecid a los pobres, a los obreros, a los proletarios todos para que en la pacifica armonía de todas las clases sociales, encuentren justicia y caridad que haga más suave su vida, mas llevadero su trabajo.

Bendecid al Ejército y a la Marina, brazos armados de la Patria, para que en la lealtad de su disciplina y en el valor de sus armas sean siempre salvaguardia de la Nación y defensa del Derecho. Bendecidnos a todos los que aquí reunidos en la cordialidad de unos mismos santos amores de la Religión y de la Patria, queremos consagraros nuestra vida, pidiéndoos como premio de ella el morir en la seguridad de Vuestro Amor y en el regalado seno de Vuestro Corazón Adorable. Así sea.”

Así hablaban los Reyes ¡¡¡

jueves, 14 de julio de 2011

LA NUEVA TIRANÍA

Asistimos a la creación de una nueva tiranía. Por paradójico que pueda sonar lo cierto es que en la actualidad las sociedades de occidente caminan a pasos agigantados hacia la construcción de una nueva forma de tiranía jamás vista en la historia humana.
Históricamente ha habido muchas tiranías, en todos los tiempos y en todos los lugares es posible encontrar individuos o regímenes que han impuesto su dominación mediante la fuerza bruta; asesinando, torturando, causando terror, eliminando a todos sus opositores para instaurar un dominio férreo sobre los demás individuos. A estos modos de gobierno se les ha llamado tiranías y a sus cabecillas tiranos. Los métodos fueron siempre los mismos: violencia, terror, muerte, cárceles, destierros, sangre. El uso de estos métodos hace posible ubicar todas las tiranías que han existido en una sola gran familia de tragedias humanas.
Un ejemplo bastante elocuente de una tiranía lo podemos encontrar en los países en que el comunismo impuso su dominio durante el siglo pasado. Rusia en la época de Lenin y Stalin fue un verdadero charco de sangre humana, diariamente se producían verdaderas matanzas de enemigos del gobierno y los cadáveres se amontonaban y se arrojaban a fosas comunes. También el régimen nazi en Alemania fue causante de miles de muertes.
Por tanto puede parecer extraño y equivocado decir que actualmente las sociedades occidentales están caminando hacia la creación de una nueva tiranía, pues por ninguna parte se ven estas grandes atrocidades de las tiranías del pasado. Por el contrario, tal vez nunca en la historia el hombre se había sentido tan libre y tan dueño de elegir por sí mismo su manera de vivir y su manera de pensar autónomamente. ¿Qué queremos decir entonces al afirmar que se está construyendo ante nuestros ojos una nueva forma de tiranía?
En la primera mitad del siglo XX vivió en Italia un escritor italiano miembro del Partido Comunista, se llamaba Antonio gramsci. Durante la época del gobierno de Mussolini gramsci fue encarcelado y murió estando aún prisionero. En la cárcel gramsci escribió algunos cuadernos donde expuso sus propias teorías acerca del futuro del comunismo. Según gramsci el comunismo tal y como se estaba practicando en Rusia estaba destinado al fracaso, el uso exclusivo de la violencia y de la represión física como método de imposición de la ideología comunista le parecía insuficiente. En lugar de esto gramsci proponía la utilización de una nueva estrategia para hacer triunfar el comunismo en las sociedades occidentales. Su estrategia era más o menos la siguiente.
Lo que había que hacer era transformar la cultura de los países occidentales. Gramsci se dio cuenta de que por más masacres que se realizaran, a la larga el hombre occidental terminaría tarde o temprano por luchar contra la dominación y el yugo comunista. Por lo tanto lo que realmente había que hacer era utilizar todos los medios posibles para transformar la mentalidad de las personas, influir de tal manera en los valores de las sociedades que estas al fin terminarán pensando según la ideología comunista. De esta manera sería innecesario el uso de la violencia y de la fuerza pues las mismas sociedades decidirían voluntariamente vivir según el comunismo.
Lo que gramsci proponía era nada más y nada menos que la transformación de la cultura occidental, la eliminación de todos los valores que durante siglos habían formado la base de los países de la antigua cristiandad: la religiosidad, el respeto a la autoridad, el respeto a la jerarquía, la veneración por la familia, la visión trascendente y espiritual de la vida, el respeto por la moral cristiana y natural, etc. todos estos eran precisamente los obstáculos que según gramsci impedían el triunfo de la visión comunista de la sociedad y del hombre, por tanto había que eliminarlos a toda costa si se quería en realidad el triunfo del comunismo.
Obviamente no era una tarea fácil, la cultura cristiana occidental había sido el fruto de largos siglos de tradición. Todos los países europeos nacieron en el seno de la cristiandad y fueron desde sus inicios "bautizados" por la Iglesia. Los valores, los principios y la manera de ver al hombre y a la vida fruto del cristianismo estaban profundamente arraigados en la conciencia del hombre occidental y era casi que imposible pensar en que las cosas pudieran ser de otra manera. Sin embargo gramsci aseguraba que con todo lo difícil que podía parecer era el único camino posible y por eso hacía un llamado a los comunistas del mundo entero para qué iniciarán cuanto antes la implementación de esta nueva estrategia.
Han pasado más de 70 años desde que gramsci formuló su teoría y hoy podemos contemplar a nuestro alrededor el triunfo total de la ideología comunista. Y aunque muchos pudieran pensar que nos equivocamos pues vivimos en países "capitalistas", "democráticos" y "liberales", lo cierto es que la concepción materialista de la vida, la concepción según la cual el ser humano no es nada más que una simple máquina al servicio de la producción de bienes de consumo, la concepción según la cual la única ocupación del hombre debe ser la construcción de un paraíso terrenal en el cual estén totalmente ausentes todo tipo de valores espirituales, religiosos y trascendentes, en una palabra, la concepción comunista de la vida se ha impuesto de manera total en nuestras sociedades.
Es un error creer que el comunismo sea ante todo un modelo económico o un modelo político determinado. El comunismo es sobre todas las cosas una concepción integral acerca del hombre y el mundo. Ver al comunismo solamente como un sistema económico o político hace imposible comprender lo que en realidad pasa actualmente. El comunismo no es solamente la abolición de la propiedad privada, no es solamente la lucha por el triunfo del "proletariado", no es sólo el esfuerzo por destruir las clases sociales. El comunismo es la ideología según la cual el hombre es un animal más cuya única tarea es permanecer en este mundo por algún tiempo y luego desaparecer sin dejar rastro.
Ahora bien, resulta que esta forma materialista de ver la vida se ha impuesto finalmente en todas las sociedades occidentales y constituye lo que llamábamos al principio la "nueva tiranía". Y es quizá la tiranía más absoluta que ha existido jamás, pues se trata de una tiranía que ata el pensamiento de los hombres, se trata de una tiranía que silencia la voz de las conciencias, se trata de una tiranía que no encadena el cuerpo pero si las almas de los hombres, se trata de una tiranía que impide al hombre pensar de manera diferente, se trata de una tiranía que mantiene exiliados socialmente a todos los que opinen distinto de lo que ella ha establecido, se trata de una tiranía que controla la interioridad de las personas diciéndoles que deben pensar; en verdad ningún tirano del pasado pudo jamás construir una tiranía semejante, podían construir cárceles y asesinar a sus opositores pero en algún momento sus súbditos se revelaban y le cortaban la cabeza.
La más perfecta tiranía es aquella en la cual sus súbditos están "conformes" y no se les pasa por la cabeza la idea de rebelarse pues piensan que su estado no podría ser mejor.
Entonces ¿se trata de una situación sin esperanza? ¿El hombre occidental está fatalmente destinado a perecer bajo el yugo de esta nueva tiranía materialista? Tal parece que sí. Persuadir al hombre actual de su estado de esclavitud bajo la ideología materialista es casi imposible. Pero hay un hecho que puede dar todavía algo de esperanza y es que hace 70 años parecía también imposible convencer a los hombres de rechazar 2000 años de historia para abrazar la visión comunista de la vida y sin embargo 70 años después lo han logrado.

lunes, 11 de julio de 2011

¿ TOLERANCIA O PERMISIVIDAD ?

Para continuar con el análisis de las cuatro fuentes de la enfermedad social actual señaladas por el psiquiatra español Enrique Rojas en este artículo nos vamos a referir a la "permisividad". El relativismo también señalado por Rojas como fuente de enfermedad social ya lo hemos tratado con cierta extensión en artículos pasados en este blog.
El relativismo es básicamente una postura ideológica intrínsecamente contradictoria pues afirma que no hay verdades absolutas y este juicio de que "no hay verdades absolutas" pretende que sea una verdad absoluta, por lo cual el relativismo se anula al mismo momento de afirmarse; bien decía Aristóteles que los relativistas y los escépticos debían conformarse con vivir como vegetales, sin afirmar nunca nada. Además las consecuencias morales del relativismo son tan desastrosas y tan evidentes en nuestra sociedad que parece superfluo detenerse por largo tiempo a demostrar algo que salta a la vista.
La permisividad consiste básicamente en la tendencia a permitir absolutamente todo tipo de comportamiento, todo tipo de conducta, toda forma de pensamiento, toda forma de vida, sin tener jamás en cuenta ningún tipo de limitación moral. La permisividad es la degeneración de la tolerancia; la tolerancia consiste en soportar un mal, a sabiendas de que es un mal, por causa de evitar un mal mayor.
Hoy en día la idea de tolerancia es diferente, se entiende por tolerancia la aceptación ilimitada de cualquier conducta y forma de pensamiento por más absurda que sea. Se pierde de esta manera la noción de "mal" que estaba presente en la antigua definición de tolerancia. Antes se sabía que lo que se toleraba era un mal pero se le toleraba para evitar un mal mayor. La tolerancia entendida según el modo moderno es en realidad la absoluta permisividad.
Precisamente la permisividad es una de las consecuencias de la concepción relativista de la vida, puesto que si no existe la verdad, si no existe la realidad, si no existe lo bueno y lo malo, entonces es normal que nos veamos obligados a permitir cualquier conducta aunque sea la más antinatural imaginable; hemos sabido de la existencia de un grupo político holandés el cual tiene entre sus proyectos sociales luchar para que sea permitido en la legislación holandesa tener relaciones sexuales con menores de edad.
El relativismo, la tolerancia degenerada en permisividad, son las ideologías que se encuentran en la base de muchas legislaciones actuales. En todos aquellos países en donde crímenes como el aborto o la eutanasia y conductas antinaturales como la homosexualidad se encuentran apoyadas por los ordenamientos jurídicos, podemos afirmar que se encuentran totalmente bajo la dictadura del relativismo.
Pudiera sonar paradójico hablar de "dictadura del relativismo", pues tenemos una cierta tendencia a creer que el relativismo es precisamente el  triunfo de la libertad de pensamiento y de la libertad de expresión; sin embargo, la realidad es que con el triunfo del relativismo ideológico en una sociedad se instaura la más cruel de las dictaduras, pues todo aquel que manifieste opiniones contrarias a las posturas relativistas de las leyes y de la cultura inmediatamente será señalado socialmente como un enemigo de la libertad, libertad a la que también se le ha cambiado el sentido como sucedió con la palabra tolerancia. Hoy en día la palabra libertad se entiende como sinónimo de la palabra autonomía. "Ser libre" para los hombres modernos es ser completamente autónomo, es decir, actuar sin seguir o tomar en cuenta como criterio de conducta o de pensamiento ningún tipo de regla "externa" al propio individuo, sino seguir en todo momento la inspiración subjetiva de cada uno.
En resumen se puede afirmar que nuestra sociedad es el resultado cultural de entender la tolerancia como permisividad y la libertad como autonomía; por lo tanto el camino de retorno al orden humano deberá comenzar por restituir el verdadero sentido de esas dos palabras.

LA "NO DISCRIMINACIÓN" Y LA MORDAZA AL PENSAR

Traemos nuevamente un excelente artículo del doctor Carlos Daniel Lasa, lo hemos tomado de : http://fueralosmetafisicos.com/

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Eric Voegelin, en su escrito La nueva ciencia de la política, afirmaba que el «uso de la argumentación teórica está prohibido» dado que el hombre de hoy está dominado por la acción política y no por la búsqueda de la verdad en el sentido teórico.

La afirmación de Voegelin se ve corroborada por los hechos: casi nadie se ocupa de determinar la verdad o no de lo que se dice, sino de aplastar a quien lo dice. El recurso ad hominem es de uso corriente. Así, cuando el pensar se mueve por un andarivel diverso al de la acción política dominante, entonces la descalificación moral del sujeto de ese pensar se ejecuta sin piedad.

Pero, si observamos bien, detrás de ese modo de proceder se esconde un rechazo absoluto al pensar. El pensar, acto por excelencia de la inteligencia humana, debe ser absolutamente desterrado.

Ahora bien, a este modo de proceder, se suma otro que viene de la mano del discurso de la no discriminación. ¿Qué se entiende por «discriminar»? Discriminare es un verbo latino que refiere la idea de separar, distinguir, diferenciar una cosa de la otra. El hombre, en este sentido, es un discriminador ya que diferencia la comida del veneno, el mal del bien, la virtud del vicio, la verdad del error. El Diccionario de la Real Academia Española añade un segundo sentido del vocablo discriminar cual es el de «dar trato de inferioridad a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, etc.».

Este segundo sentido es el utilizado en nuestros días y con un sentido, a nuestro juicio, absolutamente equívoco, pero que esconde la intención de neutralizar el pensar. Ciertamente que no puede considerarse inferior a persona alguna en virtud de que cada una de ellas, por naturaleza, posee una dignidad tal que la sitúa por encima de todos los seres de este mundo. Pero esta dignidad ontológica debe ser completada con la dignidad moral.

El hombre, mediante sus actos libres, realiza el bien o defecciona. A nivel de estos actos se opera la discriminación, ya que se distinguen los actos buenos de los actos malos, aprobando y alentando a los primeros, y desaprobando y desalentando a los segundos. Así, por ejemplo, el ladrón es digno en lo que hace a su naturaleza pero no lo es en su proceder. Su proceder es reprobable y, por eso, la sociedad enseña a rechazar y condenar el robo. Lo mismo sucede con otros actos humanos reprobables: el adulterio, la mentira, el odio, la venganza, dar muerte al inocente, las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, etc.

Todo este análisis que acabamos de formular se deriva de una determinada concepción filosófica. Ahora bien, lo afirmado, ¿es un acto discriminatorio? Si así fuese, la censura del acto discriminatorio no tendría sólo por objeto el mismo acto sino también el pensar del cual se derivan tales conclusiones. Si en nuestro raciocinio seguimos un orden lógico, debemos concluir de ese modo. Y dado que no se nos puede pedir renunciar a la lógica, se nos exigirá renunciar a los principios de los que se siguen aquellas conclusiones. Así, entonces, toda filosofía que conduzca a afirmaciones contrarias a la posición relativista que, bajo el apotegma de la «no discriminación», vehiculiza un permisivismo extremo, será terminantemente prohibida. Las religiones correrán la misma suerte de la filosofía.

La mordaza al pensar es total. En lugar del pensar se erige un simulacro del mismo consistente en mantenerse siempre a nivel de conclusiones en diversas regiones de lo real pero sin llegar jamás a repensar los principios de los cuales se derivan las mismas. Las estrategias educativas, políticas, sociales, etc., tienden, con un afán casi obsesivo, a ahogar todo conato de pensar. Dado que el pensar no es  una realidad que pueda dominarse, deberán emplearse todos los medios para aplastarlo. Quizás estas palabras de Voegelin resulten proféticas: «De hecho, una civilización puede avanzar y declinar al mismo tiempo, pero no para siempre. Hay un límite hacia el que ese proceso ambiguo se mueve. Se alcanza el límite cuando una secta activista que representa la verdad gnóstica organiza la civilización como un imperio bajo su dominio. El totalitarismo, definido como el dominio existencial de los activistas gnósticos, es la forma final de la civilización progresista.

sábado, 9 de julio de 2011

EL CONSUMISMO

Esta entrada va dedicada a la segunda fuente de enfermedad que el psiquiatra español Enrique Rojas asigna para la sociedad moderna al calificarla de sociedad enferma.


Veíamos en el artículo anterior el papel que el hedonismo ha adquirido en nuestra sociedad como forma de vida. Una inmensa cantidad de personas viven un hedonismo práctico; tal vez si se les pregunta niegan ser hedonistas, incluso es posible que ni siquiera sepan qué significa ser hedonista.
Pero la verdad es que su hedonismo no es teórico sino práctico, o sea, aunque puede que no sepan definir qué es el hedonismo y aunque nieguen serlo viven su vida como la viviría un hedonista es decir preocupados únicamente por el placer, evitando todo tipo de sacrificio, todo tipo de renuncia, todo tipo de trabajo constante y en definitiva todo aquello que suponga un esfuerzo personal prolongado.
Un ejemplo de lo anterior lo encontramos en el llamado "american way of Life"; el estilo de vida americano consiste en pasar la vida meramente gastando y consumiendo la mayor cantidad de productos posibles sin preocuparse por nada verdaderamente importante, sin hacerse preguntas trascendentales; es un estilo de vida que ha renunciado a las preguntas fundamentales sobre el origen y el destino del hombre para dedicarse exclusivamente a "vivir la vida", el famoso "carpe diem" lo ilustra a la perfección.
Lamentablemente es una forma que se ha generalizado en nuestras sociedades las cuales al perder de vista los verdaderos principios y valores humanos han dedicado sus esfuerzos a construir con ayuda de la ciencia un paraíso terrenal.
Lo paradójico de este esfuerzo es que este proyecto de construcción del paraíso terrenal al cual el hombre decidió entregarse hace ya dos siglos ha dado como frutos una sociedad violenta, que no respeta la vida, en la cual las “rutas de escape” como la drogadicción y el suicidio son cada día más frecuentes, de hecho las estadísticas de ambos fenómenos son  alarmantes y los gobiernos y las organizaciones de la salud deben dedicar grandes esfuerzos a luchar contra estas dos verdaderas epidemias de este siglo.
Y más paradójico aún es el hecho de que sea precisamente en los países más desarrollados en los que estas estadísticas son más altas, lo cual significa que aun teniendo materialmente casi todo, el ser humano continúa buscando ese "algo" que satisfaga sus aspiraciones y que parece no encontrar a su alrededor en la sociedad de consumo.
Para comprender lo que significa el consumismo basta pasarnos cualquier tarde de domingo con los grandes centros comerciales. Esos innumerables locales comerciales dedicados únicamente a ofrecer al visitante artículos que en verdad él no necesita. Y lo mismo pasa en las grandes cadenas de supermercados que poco a poco han ido eliminando las antiguas tiendas de barrio y plazas de mercado, para sustituirlas por gigantescas edificaciones repletas de cosas que supuestamente las familias "necesitan".
¿Por qué el consumismo ha tenido tanto éxito en nuestra sociedad? Las razones son muchas, en primer lugar hay que señalar que el fenómeno del consumismo viene de la mano del perfeccionamiento de las técnicas de propaganda que ha ocurrido en los últimos años, incluso incorporando conocimientos obtenidos en la psicología. Sin pretender decir que de alguna manera la propaganda quita libertad al comprador, o que de alguna manera obliga a comprar, si se debe reconocer la influencia que ciertas técnicas de mercadeo tienen a la hora de ofrecer un producto, y si a esto le sumamos la ayuda que recibe la propaganda por parte de los últimos conocimientos en psicología, hay que afirmar que se convierte en un instrumento poderoso para persuadir al comprador. Un ejemplo de esto sucede con las personas van "de compras" con el objetivo de adquirir un producto que necesitan y terminan comprando mil cosas que en verdad no planeaban comprar.
Otra razón poderosa que explica el triunfo del consumismo en nuestra sociedad es de carácter cultural; se ha difundido a gran escala la tendencia a juzgar a las personas por lo que tienen y no por lo que son, esto también es consecuencia del materialismo a veces oculto y a veces explícito que reina entre nosotros, y en consecuencia para "encajar" las personas se ven obligadas a luchar por poseer cada vez mejores artículos, mejores elementos tecnológicos, mejores "marcas". Hoy en día este fenómeno afecta particularmente a la juventud fascinada por los avances tecnológicos que la ciencia pone a su alcance. Vemos cada día como los jóvenes exigen de sus padres el último celular, el último blackberry, el último iphone, etc. y los padres sienten la presión de evitar que sus hijos se queden "atrás" respecto de sus compañeros y terminan por acceder a las demandas de los jóvenes comprándoles todo lo que exigen aunque eso signifique tener que hacer grandes sacrificios económicos.
Se podría señalar una última causa del triunfo del consumismo, del triunfo del tener sobre el ser, del triunfo de la apariencia sobre la realidad. Esta razón es más bien psicológica y consiste en la necesidad de contacto y afecto que experimentamos todos los seres humanos. Ya decía Aristóteles hace 2300 años que el hombre es sociable por naturaleza y que los solitarios o son dioses o son bestias. Y sucede que teniendo que vivir en medio de una sociedad en la cual reinan los valores consumistas a la hora de juzgar a las personas, es entendible que muchos para no verse ignorados, rechazados, incluso no sintiendo en el fondo real atracción por el mundo consumista terminan por doblegarse a la presión del medio social e incorporan a su vida los modos de conducta que les parecen más útiles para permanecer dentro del grupo social. Estas personas son quizá las más afectadas puesto que se ven obligadas a llevar una doble vida, mientras permanecen dentro de su grupo social deben aparentar gusto y placer por esa forma de vida, pero al estar solos en casa perciben el vacío de tal proceder.
Finalmente hay que decir que como base del consumismo se encuentra la creencia errónea de que no existe más que este mundo, que todo acaba con la muerte, que el hombre no es un ser hecho para la eternidad. Porque si esto es así es obvio que nos dediquemos con todas nuestras fuerzas a construirnos un paraíso terrenal. Pero si las cosas son de otra manera, si el espíritu humano puede trascender la materia, si el espíritu humano está llamado a una vida más alta, entonces entronizar el consumismo como estilo de vida es un tremendo error.

miércoles, 6 de julio de 2011

SOCIEDAD ENFERMA


Según el psiquiatra español Enrique Rojas vivimos actualmente en medio de una sociedad enferma; y no deja de ser curioso que se hable de la “enfermedad” de una sociedad, cuando lo normal es oír hablar de individuos enfermos y no de sociedades enfermas. Pero parece que en nuestro tiempo hay ciertas conductas o modos de comportarse y de ver la vida que se han hecho tan generales, que se han expandido tanto, que bien se puede decir que es la mismísima sociedad como tal la que se halla enferma.
Y ¿cuál es esa enfermedad que afecta a la sociedad actual? La respuesta de Rojas es clara y reduce la enfermedad a 4 fuentes principales: hedonismo, consumismo, permisividad y relativismo. Haberse entregado al culto de estas nuevas divinidades ha convertido al hombre en un ser “sin sustancia, sin contenido, entregado al dinero, al poder, al éxito material…”.
Afirma Rojas que una de las características de este nuevo tipo de hombre moderno es un “gran vacío moral” y el “no ser feliz, aun teniendo materialmente casi todo”. Las altísimas cifras de drogadicción y suicidio en los países más “desarrollados” son sólo un efecto de este vació moral de fondo que acompaña al hombre actual.
Pero volvamos a esas 4 fuentes señaladas por Rojas. La primera de ellas es el hedonismo; esta es una palabra que proviene del griego  “Ἡδονή” y significa placer. De manera que hedonismo es aquella ideología que postula como fin de la vida humana el logro del placer a toda costa, especialmente del placer físico y dentro de este del placer sexual.
Un hedonista es una persona cuyo único o principal objetivo de vida es experimentar placeres de todo tipo. Sin importarle para nada cualquier “moral” que pudiera limitar su estilo de vida. Por ello no es extraño que entre las personas que han hecho del hedonismo su forma de vida estén los más duros críticos de la moral. En cierta forma se puede decir que es una manera de defender su estilo de vida en el sentido de que han decidido vivir de cierta forma y luego se dedican a buscar argumentos para defender su decisión. Alguien me decía hace un tiempo que no era raro que entre los enemigos del cristianismo, entre los que más lo critican, se encontrara gente divorciada, lesbianas, gays, gente que había abortado, etc.
Y este hedonismo es psicológicamente hablando como una especie de cáncer para el carácter de la persona. La inteligencia y la voluntad son las dos potencias superiores del hombre, de ellas depende principalmente la estructuración de la personalidad, ya que el hombre es un ser en quien todos sus componentes psíquicos están llamados a edificarse en estricta dependencia del bien y de la verdad, que son precisamente los objetos de las potencias superiores. Y al mismo tiempo hay que decir que del desorden de las potencias superiores vienen las personalidades fallidas, los hombres vacíos como dice Enrique Rojas.
Precisamente es aquí donde el hedonismo ejerce su nefasta influencia. La inteligencia sufre una especie de instrumentalización al servicio del placer; la inteligencia está llamada a conocer la verdad, la realidad de las cosas. Pero el hedonista le da un funcionamiento diferente poniéndola enteramente al servicio de la búsqueda del placer. Para usar una comparación diríamos que sucede como si tomáramos una camisa de Armani y la utilizáramos para limpiar los trastes de la cocina. Y sucede que una inteligencia instrumentalizada se habitúa a su instrumentalización y se hace con el tiempo sorda al llamado de la realidad, sumida por completo en la búsqueda del placer y alejada de todo rastro de nobleza verdaderamente humana.
Con la voluntad sucede algo semejante; la voluntad es nuestra potencia de acción. Mediante ella obramos. Y su objeto es siempre el bien, algún bien. Pero al ser una potencia de naturaleza espiritual no está limitada por este o aquel bien material y finito sino que aspira al bien inmaterial e infinito y sólo en él encuentra su paz. Es por eso que ningún bien terreno parece saciar nunca el apetito de los hombres. Pero el hedonista toma esta noble facultad y al igual que hace con la inteligencia la pone bajo el yugo del placer, de manera tal que el individuo en adelante sólo actúa en pos del placer olvidándose de los verdaderos bienes de la persona humana que son de naturaleza trascendente, como ha afirmado la humanidad en todos los tiempos.
Y como resultado de estas dos grandes perversiones, la de la inteligencia y la de la voluntad, tenemos el hombre moderno y la sociedad moderna. No es entonces raro que un psiquiatra pueda hoy afirmar que estamos en medio de una sociedad enferma y que una de las causas de esa enfermedad es el hedonismo. Corrompidas la inteligencia y la voluntad se esfuma por consiguiente toda posibilidad de ver reinar en las sociedades la verdad y el bien. No tiene entonces nada de raro este verdadero “tsunami” de errores y de males que al presente nublan la vida de los hombres del siglo XXI.
En próximos artículos veremos las otras fuentes de la enfermedad social actual, salvo el relativismo del cual ya nos hemos ocupado anteriormente.

lunes, 4 de julio de 2011

IDEOLOGÍA DE GÉNERO

Teniamos desde hace tiempo la intención de escribir un artículo acerca de la llamada "ideología de género", ese cancer ideológico, cultural y social que corroe actualmente las políticas de muchos paises y las conciencias de muchas personas.


Queriamos acercar este fenómeno a nuestros amigos y compañeros con el fin de informarles sobre el verdadero trasfondo de ese movimiento y sobre los verdaderos fines que animan a sus defensores, que no son otros que la destrucción radical del orden humano surgido de la antropología realista y cristiana.


No obstante, justo cuando estabamos por iniciar hemos encontrado casualmente un video de más o menos media hora de duración en el que el doctor Benigno Blanco, presidente del foro español de la familia, expone con una lucidez tremenda y de forma muy sencilla todo lo que se debe saber acerca de este tema.


Hemos decidido insertar el video en vez de redactar el artículo convencidos de que el doctor Blanco ha hecho una trabajo genial y nos excusa de todo intento personal sobre el particular: