lunes, 22 de febrero de 2021

¿Para qué la lógica?

Nos disponemos en breve a iniciar en el canal de YouTube, donde hemos venido presentando de la forma más sencilla y amigable posible el pensamiento de santo Tomás de Aquino, una serie de videos dedicada al estudio de algunos puntos indispensables sobre la lógica aristotélico/tomista; por este motivo nos parece bien adelantar aquí algunas líneas a manera de introducción.

Para responder a la pregunta que encabeza esta entrada conviene ante todo definir lo que la lógica es, puede que ya con eso adelantemos bastante en la justificación de su estudio.

Costumbre es de santo Tomás regalarnos unas preciosas introducciones a sus escritos, pero además de preciosas, profundas. Muchas veces debe uno quedarse largo tiempo tan solo en la mera introducción porque ya en ella el santo dice tanto que asombra. No es distinto cuando se trata de los escritos en donde comenta las obras de Aristóteles, una de sus ocupaciones favoritas en el último tramo de su ajetreada y santa vida.

Precisamente en la introducción al comentario que hizo sobre los 'segundos analíticos' de Aristóteles, obra en la cual el filósofo griego desarrolla su teoría sobre el silogismo demostrativo, es decir sobre la ciencia, el doctor de Aquino apunta una definición de la lógica que ha quedado ya desde entonces establecida de manera, por así decirlo, oficial, como La definición de la lógica, dice así:

    Ars directiva ipsius actus rationis, per quam scilicet homo in ipso actu rationis ordinate, faciliter et sine errore procedat.

    Arte que dirige el acto mismo de la razón, por medio del cual el hombre puede proceder en dicho acto de forma ordenada, fácil y sin error.

Palabras más, palabras menos, lo que aquí nos dice santo Tomás es que la lógica es la ciencia (santo Tomás dice 'arte' y se ha generado todo un debate en torno a si la lógica es ciencia o arte, o ambas, o más lo uno que lo otro) encargada de estudiar los actos de la razón con el fin de poder luego realizar dichos actos de forma ordenada, fácil y sin error. Lo cual no significa que el que estudia lógica luego no se equivoca, sino que significa que santo Tomás tenía mucha confianza en sus discípulos, tal vez mucha, ¡la inocencia del santo, qué le vamos a hacer!

Ahora, ¿para qué la lógica? Pues ¿les parece poco aprender a usar la razón de forma ordenada, fácil y sin error? No es poca cosa, ciertamente.

¡Claro! Muchas personas parecen razonar bastante bien sin haber nunca estudiado lógica, y en efecto así es, se llama lógica natural, y viene más afilada en unos que en otros, eso depende de muchos factores entre los cuales está sin duda la crianza, el ambiente en el cual uno va creciendo y sin dudas también la genética tendrá aquí su cuota de causalidad; pero lo cierto es que por más afilada que alguien, por los azares de la vida, tenga eso que llamamos lógica natural, no entrará en el palacio de la ciencia si antes no posee la llave que abre la puerta, y esa llave es la lógica: la natural, bien afilada, más la 'artificial' que dejó ya en "estado de perfección" o casi, el gran Aristóteles, y de la cual santo Tomás hizo un uso magistral, llevando los hallazgos del griego a alturas nunca sospechadas por aquél.

Estudiar entonces la lógica con cierta atención y profundidad es una tarea indispensable para todo el que quiera introducirse con pie firme en el mundo de la ciencia, porque la ciencia no es otra cosa, en términos generales, que la utilización de la razón en sus máximas potencialidades con el fin de penetrar en los secretos de lo real y conocerlo, y la lógica estudia el instrumento por excelencia que tenemos para llevar eso a cabo: la misma razón.

Se ha hecho ya clásica la división de la lógica según las llamadas tres operaciones de la inteligencia: simple aprehensión, juicio y razonamiento. Y parece una buena manera de dividir el estudio de la lógica, pues si se trata de estudiar el funcionamiento de la razón, nada mejor que hacerlo estudiando los actos que la razón realiza, y son esos tres. Por medio del primero la inteligencia obtiene los conceptos simples; por medio del segundo realizamos juicios en donde afirmamos o negamos algo de algo; y por medio del tercero razonamos, es decir, vamos de lo que ya conocemos a lo que aún no conocemos.

Este será entonces más o menos el recorrido que trataremos de seguir, y digo más o menos porque de vez en cuándo tendremos que desviarnos un poco para tocar algún tema relacionado con lo que estemos hablando en ese momento y que convenga tener claro para entender lo que se esté diciendo.

No más introducciones, esperamos que los videos sean de su agrado, o no tanto los videos sino más bien el contenido. Confieso que pongo 98% de atención al contenido y 2% de atención a la estética de presentación, exactamente al revés de lo que hacen todos los demás.


Cordial saludo,


Leonardo Rodríguez V.



sábado, 20 de febrero de 2021

Nuevos libros de parte de un amable seguidor del blog

Nuevamente nos han llegado dos libros más, digitalizados totalmente a mano, lo que supone un trabajo y una dedicación verdaderamente notorios.

No nos queda más sino agradecer al amable visitante del blog, que en el silencio del anonimato continúa regalándonos estas obras que constituyen tesoros de la cultura católica.

En este caso nos regala un libro del P. Julio Meinvielle, "De la cábala al progresismo"; y uno del gran Garrigou-Lagrange, "La unión del sacerdote con Cristo, sacerdote y víctima". 




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