lunes, 15 de agosto de 2016

¡Fuera moralismos! ¡Bienvenido el neo-moralismo!


 
En los debates que en los últimos años se vienen presentando sobre temas como el aborto, la eutanasia, el mal llamado matrimonio homosexual, la adopción por parte de parejas homosexuales, implantación de ideología de género, etc., se suelen escuchar con bastante frecuencia acusaciones como las siguientes contra quienes se pronuncian en contra de dichas transformaciones sociales:

¡No debes imponer tus moralismos!
¡Lo tuyo es solo una postura moralista!
¡Ya la época de los moralismos fue superada!
¡Basta de moralismos!

Lo que de inmediato llama la atención es la expresión ¡moralismos!, esa parece ser la palabra clave. Y lo que estas acusaciones vendrían a significar sería que hoy, 2016, los “moralismos” ya no están vigentes y por tanto apelar a ellos estaría equivocado, porque han sido ‘superados’.

Pues bien, ¿Qué son los moralismos?  ¿Qué es una actitud moralista?

Para empezar preguntemos al Diccionario de la Real Academia Española. En efecto, luego de una sencilla búsqueda en la Internet se encuentra el siguiente resultado:

Moralismo
1. m. Exaltación y defensa de los valores morales.

¡Exaltación y defensa de los valores morales! Entonces uno se pregunta, ¿Dónde está lo malo de ello? ¿Es que definitivamente hemos renunciado a los valores morales? Porque si ese es el caso se comprende entonces que el “moralismo” se rechace como algo superado por la modernidad. Pero si ha sido superado, ¿Qué es lo que ha ocupado su lugar? ¿Qué es lo que ha venido a reemplazarlo?

Pero no nos apresuremos. La verdad es que cuando las acusaciones que estamos comentando son lanzadas contra alguien, lo que se quiere significar con ello es más bien algo como lo siguiente:

Tú pretendes imponer tus posturas “morales” a todos. Tú andas juzgando sobre el bien y el mal. Tú señalas a los demás con tu dedo acusador y determinas qué es lo bueno y qué es lo malo. Tú estás hablando siempre de lo que es correcto o incorrecto, pero eso no es verdad absoluta sino solo tu postura individual.

Más o menos eso es lo que el acusador significa cuando acusa de “moralistas” a quienes se oponen a los temas que mencionamos más arriba.

También, cuando se acusa a alguien de ser ‘moralista’ o de recurrir a ‘moralismos’, en ocasiones se está queriendo decir sencillamente que hoy, por alguna extraña razón, ya no se debe hablar de moral, puesto que la divinización de la libertad humana que ha venido ocurriendo paulatinamente en los últimos dos o tres siglos, ha hecho que sea inútil e incluso dañino hablar de moral, puesto que cada individuo por medio del ejercicio efectivo de su ‘divina’ libertad crea su propio sistema ‘moral’, sistema que es tan respetable, válido y ‘cierto’, como el de cualquier otro individuo o grupo de individuos (iglesias, religiones, etc.).

Pero este segundo sentido, por ser un poco más técnico, es menos común. Por lo tanto, el sentido que más frecuentemente tiene la acusación de moralismos es el de recurrir ‘indebidamente’ a hablar de lo correcto y lo incorrecto. En otras palabras, al parecer hoy ya no es posible hablar de conductas correctas o incorrectas, buenas o malas, positivas o negativas, etc., puesto que eso sería querer imponer una ‘moral’, que no tiene por qué ser aceptada por todos.

¿Qué tan correctas son estas acusaciones?

Respecto de esto habría mucho por decir. Por ejemplo se podría comenzar señalando que todo este enredo tiene su origen en una errónea tesis filosófica que se relaciona con la naturaleza y el alcance de la inteligencia humana, puesto que la edad moderna, a partir de Descartes, decidió ignorar la preciosa herencia medieval en temas metafísicos y psicológicos, y terminó por distorsionar las ideas que se tenían acerca de la inteligencia humana, hasta el punto de que primero se le igualó con los sentidos (como hicieron los empiristas), para luego, como sucede hoy, negar sencillamente que exista algo llamado inteligencia humana, puesto que lo que realmente existe es el cerebro y sus millones de neuronas y sinapsis neuronales, que lo explican todo.

Pero ese camino, aunque interesante, excede los límites de un artículo de “blog” y requeriría un estudio extenso y detallado, que por el momento no acometeremos.

Preferimos responder a la anterior pregunta afirmando categóricamente que QUIENES ACUSAN DE MORALISTAS A LOS QUE NOS OPONEMOS A LA IMPLANTACIÓN GLOBAL DEL ABORTO, EL “MATRIMONIO” GAY, LA EUTANASIA, LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO, ETC., COMETEN UNA EVIDENTE CONTRADICCIÓN.

¿Cuál es la contradicción que cometen?

La contradicción consiste en lo siguiente: pretenden decir que recurrir a “moralismos”, es decir, llamar buenas o malas a determinadas conductas, no se debe hacer puesto que ES ALGO MALO.

¿Se comprende la contradicción? Es como cuando el relativista afirma que la verdad no existe, salvo esa verdad de que la verdad no existe.

De igual forma el enemigo del ‘moralista’ cae precisamente en el ‘moralismo’ que supuestamente denuncia, al afirmar que SER MORALISTA ES MALO. Es como si dijera ES MALO DECIR QUE ALGO ES MALO. Obviamente no lo dice de esa forma tan abierta y clara, sino que recurre a frases como las que mencionamos al inicio, frases que ‘suenan’ lógicas, pero ocultan esa profunda contradicción.

De manera que la próxima vez que nos llamen moralistas, limitémonos a preguntar a quien nos acusa: ¿Entonces me estás diciendo que hablar de lo bueno y lo malo, es algo malo? Amigo, te contradices a ti mismo.

Ese es el neo-moralismo que se nos quiere imponer, un moralismo contradictorio que busca eliminar la moral, apelando para ello a… otra moral, una que se pretende sea superación de la antigua moral de matriz cristiana. ¡No más moral!, nos dicen, ¿¡bienvenida la nueva moral!? Postura contradictoria que, sin embargo, muchos desinformados consideran la expresión más elevada de la ‘inteligencia’ moderna.

Leonardo Rodríguez


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ese modo de hablar ("moralismo","fuera moralismos"...) no es mas que una censura encubierta.

Se esta evitando un debate racional, con la excusa de algo ("moralismo") que tal y co no esta expresado y en el contexto en que esta usado (..."no seas...") lo hacen pasar como algo malo.

Es decir, están imponiendo su ideología.
(ideología que es muy minoritaria )


No hay sociedad humana que no tenga su moral. Y no es sorprendente que muchas de estas normas coincidan porque sirven para proteger al grupo equilibrando los intereses individuales de todos.

Es decir, cumplen objetivos biológicos, sociales y psicológicos.

Por tanto ese "no moralices" es una manipulación.

De alguien que no nos quiere; y que tiene que engañar para lograr sus objetivos.

Recuerdo que la norma moral, como la norma positiva, esta ahí siempre; no solo cuando a mi no me interesa (ej cuando quiero robar), (cuando exijo "amor libre"), sino cuando yo la necesito (cuando quiero que no me roben) (cuando yo estoy casado y no quiero que mi mujer se acueste con otro).

Por eso es mejor cumplir con la norma -me va a dar menos problemas y me va a beneficiar a la larga-, y centrarme en prosperar en lo que pueda y disfrutar de lo que ya tengo.

Todos sabemos que hay un "relativismo", o hablando con mas propiedad, un anticristianismo.

El cristianismo, lo queramos o no es la base de nuestra cultura y de nuestra sociedad. Si lo quitas, no queda nada.

No nos vamos a convertir en mas cultos, mas ilustrados o mas racionales.

Si acaso, seremos presa de otras religiones mas seguras de si (el Islam), o simplemente mas consumistas y mas manipulados. Esto esta pasando ahora mismo en Europa

Por eso la pregunta correcta es: ?a quien beneficia esta manipulacion y que fines reales tiene el que nos manipula?

Anónimo dijo...

Hoy en día defender la moral y los buenos principios cristianos se ha convertido en una utopía. Las personas reconocen que todo esta mal y que recuperar la moral y los valores es un tema que mucho se expone pero del cual poco se avanza. También, hoy en día si quieres dar una opinión en temas de gran sensibilidad como lo es el aborto, el matrimonio igualitario, la adopción igualitaria etc; se debe de recurrir a investigaciones científicas,porque desde nuestro propio pensamiento basándonos en lo que esta bien o no, esa opinión ya no es valida porque es «moralista». Creo que existe un grupo de personas que quieren generar una gran confusión y que tal vez hasta la cosa más irracional y abominable llegue a ser aceptada y vista como algo normal. Realmente es muy importante analizar como lo expone el comentarista anterior ¿A quién beneficia toda esta confusión y que obtiene con esto?

Quidam dijo...

Muchas gracias por sus comentarios. Dicen ustedes varias verdades. La condena al "moralismo" no es más que la moderna forma en que el neomoralismo ejerce la censura. Y aunque es una estrategia fácil, son pocos los que lo notan y reaccionan.