martes, 9 de agosto de 2022

La demostración de la existencia de Dios en la “Suma contra los gentiles” (1a. parte)

La demostración de la existencia de Dios es siempre el punto de partida de santo Tomás de Aquino en sus grandes obras, la “Suma contra los gentiles” (SCG) y la “Suma de teología”; y esto es así porque si la idea es hablar acerca de Dios, que eso es la teología, pues resulta natural y conveniente que lo primero que se haga sea mostrar su existencia. Entonces, en ambas ‘sumas’ inicia santo Tomás probando que Dios existe, para ahí sí luego dedicar toda la potencia de su grandioso intelecto a exponer su naturaleza, en cuanto es ello posible a la luz de la razón natural.

Vamos a repasar aquí la forma (al menos una) en que lleva a cabo el santo esa tarea en la SCG, más exactamente en el capítulo XIII del primer libro (la SCG tiene 4 libros y 463 capítulos); en una próxima oportunidad quizá repasemos lo propio en la “Suma de teología”.

Comienza el santo diciendo que:


Ostenso igitur quod non est vanum niti ad demonstrandum Deum esse, procedamus ad ponendum rationes quibus tam philosophi quam doctores Catholici Deum esse probaverunt.

Habiendo mostrado ya que no resulta vano intentar la demostración de la existencia de Dios, procedemos ahora a establecer las razones con las que, tanto los filósofos como los doctores católicos, demostraron que Dios existe.


Lo anterior lo dice porque en los capítulos inmediatamente anteriores había refutado las ideas de aquellos que consideraban inútil probar que Dios existe, unos por creerlo imposible y otros por creerlo innecesario.

Prosigue el santo:

 

Primo autem ponemus rationes quibus Aristoteles procedit ad probandum Deum esse. Qui hoc probare intendit ex parte motus duabus viis.

En primer lugar pondremos los argumentos con los que Aristóteles prueba de Dios existe. Lo cual hace a partir del movimiento, mediante dos caminos.

 

Y he aquí la importancia del análisis filosófico del movimiento. En el breve curso de introducción al pensamiento de santo Tomás de Aquino que estábamos ofreciendo por medio de YouTube, habíamos comenzado en los últimos videos a tratar el tema de la filosofía de la naturaleza, es decir, aquella parte de la filosofía que se ocupa del estudio del ente móvil, del ente afectado de potencialidad y capaz de cambio o movimiento (que para el griego eran cuasi sinónimos). Y en dicha filosofía de la naturaleza se estudia el cambio como punto de entrada a la consideración filosófica de la realidad física, puesto que el cambio es la característica más patente de todo lo que nos rodea. Y de dicho análisis del cambio, bien realizado, surgen una serie de aprehensiones conceptuales que constituyen el punto de partida de la entera filosofía. Si no se comienza por allí, por el humilde análisis del humilde ente móvil, y se pretende ingresar en la filosofía directamente por la metafísica o por el análisis del conocimiento, se corre el riesgo de elaborar un edificio de bellas abstracciones que quizá por no estar firmemente enraizadas en lo real, serán a lo mejor muy atractivas y bien elaboradas, pero no responderán a la realidad sino más bien al prurito de sistema, que diría Balmes.

De manera que la entera filosofía comienza por la filosofía de la naturaleza, y por ende también nuestro asunto, que es la demostración de la existencia de Dios.

Dice entonces el santo que nos va a presentar la manera en que Aristóteles muestra que Dios existe, y ello por dos caminos o vías, de las cuales analizaremos aquí la primera, dejando la segunda para la curiosidad del amable lector.

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Pongamos las propias palabras del santo:

 

Quarum prima talis est: omne quod movetur, ab alio movetur. Patet autem sensu aliquid moveri, utputa solem. Ergo alio movente movetur. Aut ergo illud movens movetur, aut non. Si non movetur, ergo habemus propositum, quod necesse est ponere aliquod movens immobile. Et hoc dicimus Deum. Si autem movetur, ergo ab alio movente movetur. Aut ergo est procedere in infinitum: aut est devenire ad aliquod movens immobile. Sed non est procedere in infinitum. Ergo necesse est ponere aliquod primum movens immobile.

 

De las cuales la primera es: todo lo que se mueve, se mueve por otro. Y efectivamente es patente a los sentidos que algo se mueve, como por ejemplo el sol. Por lo que decimos que se mueve por otro. Ahora bien, aquello que mueve a su vez se mueve o no. Si no se mueve tenemos lo que buscamos, a saber, que es necesario concebir un motor inmóvil. Y a ello llamamos Dios. Más si se mueve, se mueve por otro. Y así las cosas habrá que proceder hasta el infinito, o se debe llegar a un motor inmóvil. Pero resulta que no es posible proceder hasta el infinito, por lo que es necesario concebir un primer motor inmóvil.

 

Esta también es la primera prueba que usa santo Tomás en las cinco vías de la Suma de teología, la famosa prueba a través del análisis del movimiento, y por medio de la cual se llega a establecer la necesaria existencia de un primer motor inmóvil, que es Dios.

Dice el santo que en ese argumento que acaba de ofrecer se debe establecer la verdad de dos proposiciones, que son como el núcleo de toda la demostración, y son las siguientes:

1.       Que todo lo que se mueve es movido por otro.

2.       Que no se puede proceder hasta el infinito en la serie de motores movidos.

En la siguiente publicación veremos cómo el santo prueba la primera de dichas proposiciones...

 

 

Leonardo Rodríguez Velasco.

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