Decíamos en la entrada anterior que las causas del atractivo que parece tener el ateísmo en la sociedad actual son múltiples, y enumerábamos 4 de entre las más frecuentes. De esas 4 abordamos ya 2 y nos resta por decir algo acerca de las dos últimas que mencionábamos:
3) Deseo vano de ser "moderno" y " progresista"
4) Vida hedonista alejada de toda norma
Veamos:
3) Esta razón es una de las más frecuentes. La inteligencia promedio del hombre moderno es reacia a los grandes esfuerzos, de tal manera que suele contentarse con un análisis sumamente superficial de las cosas. Y como lo más superficial que existe es la moda, pues son ateos 'por moda', porque ser ateo parece algo propio de personas 'inteligentes' y 'modernas'. El creyente es un atrasado, un dinosaurio, un anticuado, etc. Y nadie quiere ser eso.
De alguna manera se ha logrado hacer prosperar la idea de que los tiempos 'modernos' (ciencia, tecnología, sociedades 'democráticas', derechos humanos, etc.) han puesto de manifiesto la inutilidad e incluso peligrosidad de la fe (hay un sujeto en EEUU, Richard Dawkins, que va por el mundo alertando sobre lo peligrosa que es la gente con fe). Y entonces la mentes superficiales modernas, incapaces de un esfuerzo sostenido (que es necesario) por ir al fondo de esos asuntos, tragan entera la cosmovisión materialista ofrecida por los fabricantes actuales de la 'cultura'.
Ojalá el hombre moderno fuera en realidad tan crítico como cree que es. Porque se suele decir que la característica de la sociedad actual es que las personas son críticas (en el sentido de ser analíticas y reflexivas), y que por tanto no aceptan nada sin revisarlo racional o científicamente. Puro discurso vacío, porque en el tema de la fe hoy sucede lo contrario, somos excesivamente ingenuos y perezosos para el análisis, preferimos dejarnos llevar por la moda antes de poner esfuerzo, dedicación y tiempo al servicio del estudio juicioso de dicho tema, con el fin de llegar a una conclusión razonada. Y si a eso le añadimos la creencia de que moderno y ateo son dos palabras cuasi inseparables, están listos los ingredientes para hacer atea a la masa superficial, perezosa e incapaz.
4) La cuarta razón que mencionamos aquí como causa del atractivo del ateísmo es sin lugar a dudas la más frecuente.
Muchos, muchísimos, se dicen ateos NO PORQUE HAN LLEGADO A ESA CONCLUSIÓN LUEGO DE UNA ANÁLISIS ESFORZADO Y JUICIOSO SOBRE EL TEMA, sino porque, como decía san Agustín hace 1500 años: LES CONVIENE QUE DIOS NO EXISTA.
¿Por qué?
Porque la vida que llevan no da para más, es decir, su vida es una feria de exposición de los siete vicios capitales, o de alguno de ellos. Y ven a Dios como un freno a la vida que han decidido vivir y que tanto placer les proporciona, por lo menos a sus cuerpos pues sus almas han de estar llorando.
Son personas que no han aprendido a ver a Dios como un padre amoroso, sino como un repartidor de normas y limitaciones a la "felicidad" humana, o mejor dicho, a eso que ellos consideran la felicidad humana: una vida sin normas y hedonista. Con éstos no sirven los argumentos, pues su ateísmo no es intelectual sino vital, lo viven cada día.
Aquí cobra importancia la alegría del creyente. Nunca he sido amigo de la fe amarga y fría, considero que un creyente feliz, sonriente y amable es un gran apologista de la fe, un gran defensor suyo. Y a veces ese tipo de creyente es el que mejor puede convertir al ateo por hedonismo, pues le demuestra con su vida misma que la fe no se relaciona con la infelicidad, la tristeza o la melancolía, sino que en ella, con ella y por ella se puede ser plenamente feliz.
Hay muchas más causas que explican el atractivo del ateísmo actual, escogimos estas 4 por ser las que más comúnmente hemos encontrado en nuestro trato personal con amigos y conocidos. Para cada una de esas fuentes de ateísmo existe una cura específica, pero de eso hablaremos en una próxima oportunidad.
Leonardo Rodríguez
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1 comentario:
Hola. Me pareció interesante su punto 4, ya que me sentí bastante identificado en él.
Verá, hace poco, cansado un poco del libertinaje del mundo ateo, decidí volver a la fé católica. Pero mi problema es que no he sabido ver sino eso que usted llama 'fe amarga y fría', y siento a Dios como si fuera un repartidor de normas y reglas, a veces bastante claustrofóbico.
Últimamente me he sentido perdido, he caído en viejos pecados y no sé hacia donde ir, siento que antes vivía una vida feliz y ahora ando ahogado en la infelicidad y angustiado por tener que cumplir un montón de reglas.
Sólo quiero decirle que me gustaría ser algún día eso que usted llama 'creyente feliz, sonriente y amable'.
Saludos.
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