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miércoles, 3 de junio de 2015

¿A qué se llama 'materia' en el lenguaje filosófico?: breve léxico tomista

Materia:

En general, materia significa el conjunto de los cuerpos. También aquello de lo que está hecha una cosa, como una campana de bronce, o un reloj de oro. Esta materia se denomina materia segunda y es el sujeto receptor de los diversos accidentes, tales como la cantidad o el color.

En un sentido más profundo se halla la materia prima. Es un principio sustancial incompleto, meramente potencial e indeterminado, que en unión de la forma sustancial constituye la sustancia material, o cuerpo natural (De Spir. Creat. q.l a.l). Es el sustrato que permanece en los cambios sustanciales de los cuerpos y que privado de una forma recibe otra nueva. Aunque, por ser pura potencia, es incognoscible directamente, no se puede decir que sea nada. Es algo real, si bien se halla en el grado último de la realidad.


La materia signada por la cantidad hace posible la multiplicidad de individuos en la misma especie, como muchos robles o muchos hombres.

(Texto tomado del breve léxico puesto al final de la edición de la Summa Teológica de la BAC)

lunes, 1 de junio de 2015

¿A qué se llama 'apetito' en filosofía?: breve léxico tomista

Apetito natural:

En su acepción más amplia, apetito es lo mismo que inclinación o tendencia a un fin. Por apetito natural se entiende la inclinación innata de una cosa hacia un determinado fin, que es su bien. Todos los seres poseen una inclinación, identificada con su propia naturaleza, hacia aquello que les conviene. Así el hierro en presencia del imán tiende o se mueve hacia éste, la piedra gravita hacia abajo. Las leyes físicas y químicas son la expresión de esta tendencia o apetito natural.

En contraste con el apetito natural se encuentra el apetito elícito, es decir, una inclinación que sigue al conocimiento. Se divide en:

1. Apetito sensitivo, que implica la inclinación a un bien aprehendido por los sentidos,
Y
2. Apetito intelectivo, o voluntad, que importa la inclinación a un bien percibido por el entendimiento.


En el apetito elícito se distingue el acto de la potencia o facultad, no así en el apetito natural.

(Texto tomado del breve léxico puesto al final de la edición de la Summa Teológica de la BAC)


Leonardo R.

jueves, 28 de mayo de 2015

¿Qué es la sustancia?: breve léxico tomista

Sustancia:

Es el primero de los diez predicamentos y se contrapone al accidente. Se define como el ente real al que compete ser por sí y no en otro. Subyace a los accidentes, sustentándolos como sujeto de inherencia —sub stare = estar debajo—. Pero lo más característico de la sustancia es que existe en sí misma y, por eso, se dice que es subsistente (De Pot. q.9 a.l).

Desde el punto de vista del modo de ser, se dan dos clases de sustancias. La sustancia primera: un ente o sujeto individual y concreto que no es predicable de ningún otro, v.gr.: Tomás. La sustancia segunda: aquello que no existe en un sujeto, pero es predicable de un sujeto. Es la sustancia universal abstraída de los singulares, como hombre, animal, viviente. Es decir, el género y la especie.


El hilemorfismo distingue las sustancias completas de las incompletas, o sustancias-partes. Estas dicen orden a otra parte esencial con la que constituyen un compuesto, o sustancia completa, v.gr.: la forma sustancial de un lingote de oro y su materia prima, el alma humana y el cuerpo del hombre.

(Texto tomado del breve léxico puesto al final de la edición de la Summa Teológica de la BAC)

martes, 26 de mayo de 2015

¿A qué se llama 'virtudes'?: breve léxico tomista

Virtudes:

Son hábitos buenos o cualidades estables buenas que disponen para obrar el bien fácil y deleitablemente. Se dicen adquiridas, si se logran por las solas fuerzas naturales; e infusas, si se tienen sólo por ser infundidas por Dios.


Sto. Tomás habla de diversas clases de virtudes: virtudes intelectuales, morales (adquiridas o infusas), virtudes teologales y virtudes heroicas. Virtudes intelectuales son aquellos hábitos que perfeccionan el entendimiento para obrar bien en su actuación: tales son la intelección de los primeros principios, la sabiduría, la ciencia, el arte. Las morales son las cuatro virtudes cardinales (prudencia, justicia, fortaleza y templanza) con las que les son anejas. Las teologales son la fe, la esperanza y la caridad, siempre infusas. Las virtudes heroicas no son otras formalmente que las teologales y morales, pero no ya reguladas por la mera razón del hombre, sino por la acción poderosa del Espíritu Santo y sus Dones (cf. Dones del Espíritu Santo): tales virtudes son las de los santos, y su norma no es «el justo medio» de la razón, como ocurre con las morales o teologales ordinarias, sino el mismo Espíritu Santo, que lleva al cristiano mucho más allá, v.gr.: a alegrarse de ser pobre y hasta de verse perseguido por Cristo. Sus actos son las «Bienaventuranzas evangélicas» (Mt 5,3-12), que son efecto de los Dones del Espíritu divino. Los llamados «frutos del Espíritu Santo» (Gal 5,22-23) son «actos eximios», no sólo de los dones, sino también de las virtudes teologales y morales.

(Texto tomado del breve léxico puesto al final de la edición de la Summa Teológica de la BAC)

lunes, 25 de mayo de 2015

¿A qué se llama 'accidente', en filosofía?: breve léxico tomista


Accidente:

Esta palabra se deriva del verbo latino accidere, que significa añadir, acaecer. Es decir, implica algo precario y adjetivo, algo que no subsiste por sí, sino que se añade a la sustancia.

El accidente puede considerarse como un predicable lógico, y entonces se contrapone a la esencia o quididad metafísica, expresando algo contingente que puede darse o no darse en el sujeto sin que éste se destruya, v.gr.: andar, ser rubio, ser virtuoso.

Pero el significado principal de accidente se refiere a su acepción metafísica. En este sentido constituye el grupo de los nueve predicamentos o categorías, como la cantidad, la cualidad, etc. Entendido así, se define, según Santo Tomás, como la entidad a cuya naturaleza le compete o es debido ser en otro (cf. Quodl. IX a.5 ad 2; III c.77 a.l ad 2).


Importa una aptitud de dependencia e inhesión y confiere al sujeto en el que se recibe una determinación o ser secundario, como, por ejemplo, ser blanco o ser negro, ser grande o ser pequeño, ser padre o ser hijo. Esta precisión de Sto. Tomás corrige el concepto aristotélico de accidente, definido como lo que existe en otro.

(Texto tomado del breve léxico puesto al final de la edición de la Summa Teológica de la BAC)

sábado, 23 de mayo de 2015

¿Qué es la abstracción?: breve léxico tomista

Abstracción:

Etimológicamente equivale a separación. En general, indica la consideración de una cosa dejando a un lado o prescindiendo de otra. Es una de las principales actividades que realiza el entendimiento para adquirir las ideas universales a partir de los datos particulares presentados en los «fantasmas» de la imaginación.

Abstracción total se llama a la que tiene lugar cuando el entendimiento separa el universal de sus inferiores o de sus diferencias; hombre, por ejemplo, abstrae de las diferencias numéricas y animal de las diferencias específicas. Se denomina total porque lo abstraído se concibe como un todo que contiene implícita y potencialmente los inferiores de los que abstrae.

La abstracción formal se da cuando se separa una forma o una determinación de un sujeto, v.gr.: humanidad, de hombre; blancura, de un sujeto blanco.


Hay tres grados de abstracción, de acuerdo con los tres planos de inteligibilidad: físico, matemático y metafísico. De ahí que se distingan también tres géneros de ciencias (cf. In Boethium de Trín. q.5 a.l).


(Texto tomado del breve léxico puesto al final de la edición de la Summa Teológica de la BAC)