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martes, 12 de septiembre de 2017

Las cuatro notas de la verdadera iglesia de Cristo, la Iglesia católica.

¿Cómo mostrar fácilmente que la iglesia católica es la única y verdadera iglesia de Cristo? En realidad no es fácil, pues requiere de un cierto estudio de los temas de la apologética. Pero tampoco es tarea imposible. Por ejemplo, uno de los modos tradicionales para hablar de este tema con los miembros de las sectas protestantes es la enumeración y explicación de las cuatro (4) notas o características esenciales que debe tener la iglesia de Cristo. Para luego mostrar cómo esas cuatro notas solo la iglesia católica las tiene.

¿Cuáles son esas notas? Son las siguientes: la iglesia que sea la verdadera iglesia de Cristo debe ser UNA, SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA.


UNA:

Evidentemente la iglesia de Cristo debe ser una sola, puesto que si fueran dos o tres enseñarían cosas distintas y contradictorias. Y de esa forma alguna estaría equivocada puesto que dos cosas contrarias no pueden ser ciertas al mismo tiempo.

Además debe ser UNA en el sentido de tener UNIDAD, sus miembros deben profesar todos la misma doctrina, obedecer a las mismas autoridades, estar unidos en el modo de orar y en la forma de rendir culto.

En efecto no podría ser verdaderamente UNA si sus miembros creyeran cosas distintas los unos de los otros, o hubieran muchas autoridades o modos de oración y de culto distinto.


SANTA:

La verdadera iglesia de Cristo debe ser santa porque está llamada a santificar a los hombres. Lo cual no significa que todos sus miembros deban ser santos efectivamente, puesto que los hombres son libres y no todos guardan la fidelidad a sus compromisos. Pero sí es cierto que la iglesia debe ser capaz en todos momento de santificar a los hombres y de dar ejemplos reales y concretos de santidad entre sus miembros.


CATÓLICA:

En griego la palabra universal se dice "católica", y la verdadera iglesia de Cristo debe ser universal puesto que está llamada a llevar el mensaje de Cristo a los hombres y mujeres de todos los tiempos y de todos los lugares. No es posible que sea  iglesia de Cristo una agrupación que está limitada a un país o a alguna época específica.


APOSTÓLICA:

La verdadera iglesia de Cristo debe ser apostólica, es decir, debe descender directamente de los apóstoles, que fueron las columnas sobre las cuales Cristo instituyó su iglesia. Una iglesia que no tenga vínculo de sucesión con los apóstoles porque apareció 1500, 1600, 1700, 1800, 1900 o 2000 años después de la muerte de los apóstoles ES ABSOLUTAMENTE IMPOSIBLE QUE SEA LA IGLESIA DE CRISTO.

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Esas son las cuatro notas de la iglesia. Y a poco que se reflexione es muy fácil demostrar que SOLO LA IGLESIA CATÓLICA CUMPLE CABALMENTE CON ESAS CUATRO NOTAS.

Solo la iglesia católica es una, una fe, un bautismo, un credo, una liturgia, un papa en unión con sus obispos y presbíteros, sin cambios a lo largo de los siglos. Las sectas protestantes se han multiplicado al infinito con el paso del tiempo y cada día aparecen más y más sectas de garaje que se proclaman absurdamente ser la iglesia de Dios.

Solo la iglesia católica es santa, porque santo es su fundador, santos sus sacramentos, su liturgia, su doctrina y su moral. La prueba está en las innumerables vidas de santos que ha tenido a lo largo de los siglos, bastaría revisar la biografía de un san Francisco de Asís o una santa Teresa de Jesús.

Solo la iglesia católica es universal, ha atravesado todas las épocas y ha llevado su evangelización a todos los lugares del mundo. Las sectas protestantes son de ayer y están limitadas a ciertos países.

Solo la iglesia católica es apostólica, en efecto solo ella puede demostrar históricamente que desciende de forma directa de los apóstoles, mediante el rito de imposición de manos y la consiguiente transmisión de la autoridad y el sacerdocio. Transmisión que ha sido ininterrumpida en veinte siglos.

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La anterior es una revisión rápida del tema, pero el lector puede perfectamente dedicarle un tiempo a reflexionar sobre cada nota e ir viendo cómo efectivamente a las sectas protestantes les faltan esas notas esenciales y por tanto no pueden ni de lejos proclamarse iglesias cristianas.

Es un ejercicio interesante ir repasando una por una y ver la manera en que cada una de ellas se cumple en el catolicismo y falta en el protestantismo sectario.


Leonardo Rodríguez


martes, 27 de diciembre de 2016

(21-40) 150 razones por las que soy católico (Dave Armstrong - traducción de Luís Fernando Pérez)

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21. Muchos Protestantes tienen una visión muy limitada de la historia cristiana en general, especialmente de los años 313 (la conversión de Constantino) a 1517 (el arribo de Martín Lutero). Esta ignorancia y hostilidad hacia la Tradición Católica conduce al relativismo teológico, al anti catolicismo y a un constante e innecesario proceso de “reinventar la historia.”

22. Desde su nacimiento, el Protestantismo era anticatólico y aún lo es hoy día (especialmente el evangelicalismo). Obviamente esto no está bien y tampoco es bíblico si el Catolicismo en efecto es cristiano (porque si no lo es –lógicamente- tampoco lo es el Protestantismo que heredó del Catolicismo el volumen de su teología). La Iglesia Católica, por otro lado, no es anti protestante.

23. La Iglesia Católica acepta la autoridad de los grandes Concilios Ecuménicos (ver, por ejemplo, Hechos 15) que definieron y desarrollaron la doctrina cristiana (mucho de lo que el Protestantismo también acepta).

24. La mayoría de los Protestantes no tienen obispos, un oficio cristiano que es bíblico (1 Tim 3:1-2) y que ha existido desde el principio de la historia y Tradición cristiana.

25. El Protestantismo no tiene forma alguna de resolver asuntos doctrinales en carácter definitivo. Lo mejor que pueden hacer es que el Protestante individual haga cuentas de cuántos eruditos Protestantes, comentadores, etc., toman ésta o aquélla postura con relación a la doctrina X, Y o Z. Entre ellos no existe ninguna tradición Protestante unificada.

26. El Protestantismo apareció en 1517, en la historia del Cristianismo es algo tardío, por tanto, no puede ser ninguna “restauración del Cristianismo “puro” y “primitivo” ya que esto es excluido por el hecho de que es absurdamente tardío en su aparición. El Cristianismo debe tener una continuidad histórica o, de otra forma, no es Cristianismo. El Protestantismo, hablando histórica y doctrinalmente, es un “parásito” del Catolicismo.

27. La idea Protestante de “la iglesia invisible” es también una novedad en la historia del Cristianismo y ajena a la Biblia (Mt 5:14; 16:18), por tanto, esta idea es falsa.

28. Cuando los teólogos Protestantes se refieren al Cristianismo primitivo (como cuando refutan a las “sectas”), ellos dicen “la Iglesia enseñó que...” (Ya que en ese entonces estaba unificada), pero cuando se refieren al tiempo presente, ellos instintivamente e inconsistentemente evitan tal terminología puesto que la autoridad universal para enseñar la doctrina reside sólo en la Iglesia Católica.

29. La norma Protestante de interpretación privada ha creado un medio social en donde, por lo regular, “sectas” centradas en el ser humano como los Testigos de Jehová, Mormones y Ciencia Cristiana han aparecido. La mismísima idea de que uno puede “empezar” una iglesia es desde su centro una idea Protestante.

30. La carencia una autoridad definitiva de enseñanza cristiana (como el Magisterio de la Iglesia Católica) en el Protestantismo hace que muchos Protestantes individuales piensen que tienen una “línea de comunicación abierta” con Dios sin importarles toda la Tradición e historia cristiana de la exégesis bíblica (una mentalidad de “la Biblia, el Espíritu Santo y yo”). Tal tipo de gente es, teológicamente, mal educada, incapaz de aprender, les falta humildad y no tienen motivo alguno para hacer presuntas declaraciones “infalibles” sobre la naturaleza del Cristianismo.

31. Las “técnicas” de evangelización” del evangelicalismo son frecuentemente maniobras y manipulaciones; verdaderamente no son estas “técnicas” derivadas de la Biblia. Algunas, hasta cierto grado, parecen lavados de cerebro.

32. El evangelio predicado por muchos evangélicos y ministros Protestantes es uno que está mutilado y abreviado; es individualista placentero al oído. Es, en efecto, una simple “seguro contra el fuego” más bien que el Evangelio bíblico proclamado por los Apóstoles.

33. El evangelicalismo frecuentemente separa el profundo y transformador arrepentimiento y discipulado radical de su mensaje del Evangelio.

34. La ausencia en el Protestantismo de la idea del sometimiento a la autoridad espiritual se ha estado infiltrando al campo cívico, donde las ideas de “libertad”, “derechos” y “opciones” personales ahora predominan hasta cierto grado que se ha desatendido la obligación cívica, vida comunitaria y disciplina con una trágica negligencia para el daño de una sociedad saludable.

35. El Catolicismo mantiene el sentido de lo sagrado, lo sublime, lo santo y hermoso en la espiritualidad. Se han preservado las ideas de altar y “espacios sagrados”. Muchas iglesias Protestantes no son más que edificios estructurados como “salas de reuniones”, “gimnasios” o “graneros”. La mayoría de los hogares Protestantes están más estéticamente formados que sus propias iglesias. De la misma manera, los Protestantes son frecuentemente “adictos a la mediocridad” en su valoración al arte, música, arquitectura, drama, imaginación, etc.

36. El Protestantismo ha descuidado grandemente el lugar de la liturgia en el culto de adoración (con claras excepciones en el Anglicanismo y Luteranismo). Esta es la forma que los cristianos han adorado a través de los siglos y, por tanto, no puede ser fácilmente ignorado.

37. El Protestantismo tiende en oponer materia y espíritu, favoreciendo a éste último: sobre esto, es de alguna forma gnóstico o docético.

38. El Catolicismo mantiene el principio de la Encarnación, donde Jesús toma carne y eleva a la carne y materia a nuevos horizontes espirituales.

39. El Protestantismo limita grandemente, o no cree, en el sacramentalismo, que es, simplemente, la extensión del principio de la Encarnación y la creencia de que la materia puede transmitir la gracia. Algunas sectas (como los Bautistas y muchos Pentecostales) rechazan todos los sacramentos.


40. La excesiva desconfianza de los Protestantes respecto a la carne (“carnalidad”) frecuentemente conduce a (en el evangelicalismo o fundamentalismos) a un absurdo legalismo (prohibición de bailes, bebidas, naipes, música "rock", etc).

(1-20) 150 razones por las que soy católico (Dave Armstrong - traducción de Luís Fernando Pérez)


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1. La Mejor: Estoy convencido de que la Iglesia Católica se adhiere mucho más íntimamente a toda la información bíblica, ofrece el único panorama coherente de la historia del Cristianismo (como la Tradición Cristiana y Apostólica) y que posee la más profunda y sublime moralidad, espiritualidad, ética social y filosofía cristiana.

2. Razón alternativa: Soy católico porque sinceramente creo que, por virtud de tanta evidencia acumulativa, el Catolicismo es verdadero, y que la Iglesia Católica es la
Iglesia visible que Jesús divinamente estableció, en la cual ni los poderes del infierno podrán prevalecer (Mt 16:18), por tanto, posee una autoridad a la cual, como obligación cristiana, debo someterme.

3. Segunda alternativa: Abandoné el Protestantismo porque estaba seriamente defectuoso en su interpretación de la Biblia (como “sola fe” y muchas otras doctrinas “católicas” –ver evidencias más abajo), inconsistentemente selectivo en sus varias ideas de Tradiciones católicas (como el Canon de la Biblia); era inadecuado en su eclesiología, le faltaba un panorama sensible de historia cristiana (como “Sola Escritura”), su relatividad moral (como en la contracepción, divorcio), y antibíblicamente cismático, anarquista y relativista. No creo que el Protestantismo sea tan malo sino que estos son algunos de los defectos principales que eventualmente vi como algo fatal a la “teoría” del Protestantismo, comparándolo con el Catolicismo. Todo católico debe considerar como cristianos a todos los protestantes bautizados, nicenos y calcedonios.

4. El Catolicismo no está formalmente dividido ni es sectario (Jn 17:20-23; Rom 16:17; 1 Cor 1:10-13).

5. La unidad Católica hace que el Cristianismo y Jesús sean creíbles para el mundo (Jn 17:23).

6. A causa de su visión completamente cristiana y sobrenatural, el Catolicismo mitiga la secularización y el humanismo.

7. El Catolicismo evita el individualismo anti bíblico que debilita a la comunidad cristiana (ver 1 Cor 12:25-26).

8. El Catolicismo evita el relativismo teológico por medio de la certitud dogmática y la centralidad del papado.

9. El Catolicismo evita la anarquía eclesiástica –uno simplemente no puede brincarse de una denominación a otra cuando se lleva a cabo alguna medida disciplinaria o censura.

10. El Catolicismo formalmente (aunque, tristemente, no siempre en la práctica) previene el relativismo teológico que conduce a las incertidumbres de los laicos dentro del sistema Protestante.

11. El Catolicismo rechaza “La Iglesia de Estado”, lo que ha conducido a que los gobiernos dominen el Cristianismo en lugar de que sea al revés.

12. Las Iglesias de Estado Protestantes influyeron grandemente el inicio del nacionalismo lo que vino a mitigar la igualdad universal y el universalismo cristiano
(como el Catolicismo).

13. El Cristianismo católico unido (antes del siglo 16) no había sido invadido por las trágicas guerras religiosas las que a su vez condujeron a la “Iluminación” en donde el hombre rechazaba la hipocresía de las guerras que se daban dentro del Cristianismo y decidieron en ser indiferentes a la religión en vez de que la permitieran guiar sus vidas.

14. El Catolicismo mantiene los elementos del misterio (religioso), lo sobrenatural y sagrado que hay en el Cristianismo; por tanto, se opone a sí mismo al secularismo donde el campo de lo religioso en la vida de todos es grandemente limitado.

15. El individualismo Protestante condujo a que el Cristianismo fuera algo privado. A causa de ello el Cristianismo es respetado muy poco tanto en la vida social como política dejando el “campo público” vacío de la influencia cristiana.

16. La falsa dicotomía secular “iglesia contra el mundo” ha conducido a ortodoxos cristianos, en todas partes, a alejarse del campo político, dejando un vacío que se llena de gente pagana, cínica, sin escrúpulos y sedienta de poder. El Catolicismo ofrece un enmarque para dirigirse con responsabilidad cívica al estado.

17. El Protestantismo se inclina demasiado a tradiciones de hombres (cada denominación proviene de la visión de un fundador. Tan pronto como dos o más de éstos se contradicen entre sí, el error se hace necesariamente presente).

18. Las iglesias Protestantes, especialmente evangélicas, son frecuentemente culpables de colocar muy alto a sus pastores. En efecto, cada pastor se convierte en un “papa” en hasta ciertos grados (algunos son “súper papas”). A causa de esto, las congregaciones evangélicas experimentan muy frecuentemente una crisis o separación cuando el pastor se aleja de allí lo que prueba que la filosofía de ellos está centrada en el hombre en lugar de estar centrada en Dios.

19. Dado a una falta de verdadera autoridad y de una estructura dogmática, el Protestantismo está trágicamente vulnerable al espíritu de los tiempos y a lo que está de moda en cuestiones morales.


20. El Catolicismo retiene la sucesión apostólica, que es necesaria para conocer cuál es la verdadera Tradición apostólica cristiana. La sucesión apostólica era el criterio para conocer la verdad cristiana que fue usada por los primeros cristianos.


sábado, 25 de mayo de 2013

Retratos de Lutero, fundador del protestantismo



Empezando por Lutero, verdadero fundador del Protestantismo, he aquí cómo se expresa hablando de sí mismo. Confiesa que "cuando era católico pasaba su vida en la austeridad, en las vigilias, en los ayunos y en la oración, guardando siempre pobreza, castidad y obediencia”. Pero una vez hecho reformador, o sea protestante, se convirtió en un hombre enteramente distinto. En prueba de ello, continúa diciendo: "que así como no depende de su voluntad el no ser hombre, tampoco está en su mano vivir sin mujer, y que no puede prescindir de ella, como no puede dejar de satisfacer las más bajas necesidades de la naturaleza”.

Veamos ahora el juicio que formaba de él su contemporáneo Enrique VIII, quien a pesar de hallarse preso en las mismas redes, y de haberse dejado arrastrar por los mismos vicios hasta caer en la apostasía, llega a escandalizarse del libertinaje de Lutero: "Ya no me admiro de que verdaderamente no tengas vergüenza, y te atrevas a levantar los ojos ante Dios y ante los hombres, por haber sido tan ligero y voluble, que te dejaras llevar por instigación del demonio a tus más insensatas concupiscencias. Tú, fraile de san Agustín, has abusado, en primer lugar, de una virgen sagrada, que en otros tiempos habría expiado su delito con ser sepultada viva, y tú con ser azotado hasta morir. Y lejos de arrepentirte ¡cosa execrable! la has tomado públicamente por mujer, contrayendo con ella nupcias incestuosas, y abusando de la pobre y miserable doncella con escándalo del mundo, con reprobación y oprobio de tu nación, con desprecio del santo matrimonio y con injuria y vilipendio de los votos hechos a Dios. Finalmente, ¡y es lo más execrable! en vez de sentirte abatido y lleno de sentimiento y de vergüenza por tu incestuoso matrimonio, tú, ¡miserable! haces alarde de eso, y en vez de implorar el perdón de tus miserables delitos, provocas con tus cartas y escritos a todos los religiosos a que hagan otro tanto lo mismo”.

Conrado Reiss, de la secta de los sacramentarios, y contemporáneo también de Lutero, decía de él: "Dios, para castigar el orgullo y la soberbia que se descubre en todos los escritos de Lutero, ha retirado de él su Espíritu, y le ha entregado al espíritu del error y de la mentira, que siempre poseerá a los que siguen sus opiniones mientras que no se retracten de ellas”.

No muy diferente es la pintura que hace del doctor de Wittemberg la llamada iglesia de Zurich, respondiendo a la Confesión de Lutero en la página 61: "Lutero, dice, nos mira como una secta execrable y condenaba; mas mire bien si no es él quien se declara heresiarca, por lo mismo que no quiere ni puede asociarse a los que confiesan a Jesucristo. ¿Y cómo no, cuando es un hombre que se deja arrastrar por el demonio a toda clase de torpezas? ¡Qué sucio es su lenguaje, y cuan llenas de demonios infernales son sus palabras! Dice que el diablo habita en el cuerpo de los zuinglianos; que de nuestro seno endiablado, sub-endiablado y súper-endiablado no se exhalan sino blasfemias, y que nuestra lengua no es más que una lengua mentirosa, puesta a disposición de Satanás, rociada, bañada y empapada en su veneno infernal. ¿Han salido alguna vez semejantes palabras de la boca de un demonio, por muy furioso que estuviera? Él ha escrito todos sus libros por impulso del demonio y bajo la inspiración de Satanás, con quien se halla en comunicación, y cuyos poderosos argumentos le han convencido en la lucha que, según dice, ha sostenido con él.

Zuinglio hace la descripción de Lutero en las siguientes palabras: "Ved cómo se esfuerza Satanás por apoderarse por completo de este hombre. No es raro el verle contradecirse de una página a otra. Al verle entre los suyos le creeríais poseído de una falange de demonios”.

Erasmo nos le pinta con los rasgos siguientes: “Las gentes de bien no pueden menos de lamentarse del cisma funesto que has introducido en el mundo con tu arrogancia desenfrenada y sediciosa. Lutero empieza a perder las simpatías de sus discípulos hasta el punto que muchos de ellos le tratan de hereje, y afirman que despojado del espíritu del Evangelio, ha sido abandonado a los delirios del espíritu humano”.

He aquí, por último, cómo nos le representa Calvino: "Verdaderamente, dice, Lutero es en extremo vicioso. ¡Pluguiese a Dios que se hubiera cuidado de refrenar la intemperancia que trasciende de toda su persona! ¡Pluguiese a Dios que se hubiera parado un poco a reconocer sus vicios! Lutero no ha hecho cosa que valga. No conviene entretenerse en seguir tus huellas siendo papista a medias... Vale más fundar una Iglesia enteramente nueva. Tu  escuela, decía Calvino al luterano Westfal, no es más que una hedionda porquera. ¿Lo oyes, perro? ¿Lo oyes, frenético? ¿Lo oyes, bestia?”

(tomado de "El protestantismo sin máscara" - de Juan Perrone)


domingo, 30 de diciembre de 2012

LIBRO: El protestantismo comparado con el catolicismo

Es un gusto presentar en este blog la obra del gran Jaime Balmes; sus libros fueron de los primeros que devoré cuando me dio por estas cosas...lo bueno es que esta edición está en un solo tomo, ya que normalmente se encuentra la obra dividida en varios tomos. Como siempre solo deben dar clic en la imagen.


jueves, 12 de abril de 2012

Conversaciones sobre el protestantismo (6)





¿El protestantismo es una religión?


Tal vez alguna alma sencilla se asombrará; pero voy a responder que NO. 

¿Qué es una religión? Una doctrina y un culto, que sirviendo de vínculo común, reúnen a cierto número de hombres en una creencia religiosa y en una manera uniforme de servir a Dios. Tales son, aun entre las falsas religiones, el judaísmo después de la venida de Nuestro Señor Jesucristo, el mahometismo, el budismo, etc. 

Pero como el protestantismo tiene por principio fundamental, que cada hombre es libre, tanto para creer lo que quiera en materia de religión, como para servir a Dios según le parezca, él destruye con este principio la misma idea de religión, voz que derivando del verbo latino religare, significa lazo, unión, unidad. Bien sé que los protestantes no deducen siempre las consecuencias extremas y rigorosas de este principio, especialmente cuando viven en países católicos, donde guardan, cuanto pueden, la apariencia de unión entre sus sectas. Pero en Alemania, en Suiza, en América y en donde están a sus anchas, ellos se glorían de tener tantas creencias como individuos. Entre todas las instituciones religiosas que son obras de los hombres, el protestantismo es el único que tiene este carácter inaudito, de destruir lo que constituye la esencia, no diré ya de la verdadera religión, sino de toda religión en general. Las falsas religiones, a imitación de la verdadera, tienen un cuerpo de doctrina y de culto, fuera del cual nadie les pertenece; pero lo que los predicantes del protestantismo quieren hacer pasar por una religión, no es más que una anarquía sin regla y sin freno, la cual no hace más que negar, destruir, protestar, condenándose a sí misma en el hecho de ostentar el nombre anti-religioso de protestantismo. 

"Su religión consiste en atacar la de los demás," decía Juan Jacobo Rousseau, hablando de los calvinistas de Ginebra. 

Pero dirá alguno: “Yo conozco tal o cual protestante que cree en Jesucristo y en otras verdades, de una manera que parece muy clara y precisa. A lo menos éstos tienen una religión." No, por cierto; tienen convicciones, como se dice en Inglaterra, tienen persuasiones; lo cual, a falta de otra cosa, ya es algo, pues peor sería que no tuviesen nada. Pero sépase que no es el protestantismo quien les da esas convicciones personales, esas persuasiones privadas, que ellos por otra parte pueden abandonar mañana, sin dejar de ser protestantes. Muchos ministros del protestantismo se glorían del título de protestantes, a la vez que no creen ninguno de los dogmas conservados por Lutero y por Calvino, pues se burlan de la Biblia y de la Divinidad de Jesucristo, al mismo tiempo que levantan la voz hablando de cristianismo y de puro Evangelio. 

El pastor protestante Vinet, entre otras mil palinodias de esta clase, confiesa con originalidad en una de sus obras, que el protestantismo no es una religión, sino que hace las veces de una religión. 

Es sabida la respuesta del célebre protestante e incrédulo Bayle, a un gran personaje que le interrogaba acerca de su religión, diciéndole: "Vos Sr Bayle sois protestante; pero ¿a qué secta pertenecéis? ¿Sois luterano, calvinista, zwingliano, o anabaptista?" "Nada de esto soy, replicó impudentemente aquel protestante, aunque con demasiada lógica. Yo soy protestante, es decir, que protesto contra toda especie de religión". 

El protestantismo, aun cuando pretenda otra cosa, no es ni puede ser una religión. Mucho menos es la verdadera religión.