Recientemente he adquirido un ejemplar del libro "El libro negro de la nueva izquierda", escrito por los argentinos Agustín Laje y Nicolás Márquez. Aún sin terminar de leerlo me ha resultado un libro verdaderamente valioso, documentado, claro y por sobre todas las cosas muy útil para comprender la naturaleza y la estrategia de esa nueva izquierda que actúa en nuestros países, centrándose el libro de manera particular en la ideología de género. Terminaré de leerlo y seguramente lo releeré.
La tesis principal del libro podría reducirse más o menos a lo siguiente: la izquierda actual ha cambiado, o mejor dicho, se ha transformado: de una izquierda clásica que recurría al discurso de odio entre las clases 'obrera' y 'burguesa', con el fin de dinamitar el orden establecido; ha pasado a ser una izquierda que busca la difusión de esos mismos discursos de odio, pero ya no entre burgueses capitalistas y obreros proletarios, sino entre sexos, discurso de odio entre el hombre y la mujer, entre el matriarcado y el patriarcado, entre la mujer oprimida y el hombre opresor. Como también entre las ya innumerables 'opciones sexuales' comprendidas bajo la tristemente célebre abreviatura LGBT y los supuestos representantes de una pretendida opresión 'heterosexual'.
Lo anterior sin contar el discurso deletéreo que la nueva izquierda inocula también en otros ámbitos actuales como el ecologismo, el indigenismo, el animalismo, y otros ismos que forman la plataforma propagandística desde la cual la nueva izquierda difunde en las venas de la sociedad discursos de odio y de división, de unos contra otros; ambiente propicio para diluir los tejidos sociales y luego presentarse como la opción defensora del oprimido, hacerse al poder, transformar los ordenamientos jurídicos y constitucionales de su víctima, y finalmente perpetuarse en el poder mediante dictaduras que en ese estadio del proceso ya ni siquiera ocultan su rostro pues se saben seguros bajo una estructura que ellos mismos han creado.
El libro de Laje y Márquez no solo está muy bien documentado, sino que ha sido escrito en un estilo sencillo, sin alardes de erudición, con afán de difusión, de denuncia, casi que de grito angustiado de dos autores y estudiosos que ven cómo en nuestra querida Hispanoamérica la nueva izquierda ha ganado espacios importantes en la prensa, en la televisión, en la academia, en la 'cultura', en la literatura, etc., y desde allí se difunde como un veneno mental que paraliza cualquier reacción saludable en defensa de los valores perennes de la civilización occidental, de innegable matriz cristiana.
De manera que recomiendo mucho la lectura de este libro a todo aquél que esté interesado en la batalla cultural que en el presente se libra ante nuestros ojos, y quiera pertrecharse de municiones para responder con eficacia las falacias que conforman el discurso multiforme de odio y subversión cultural, por medio del cual la izquierda actual busca la ruina de los restos de civilización que aún permanecen en pie, con el afán criminal de edificar sobre dichas ruinas una "nueva" sociedad que sea la negación de la anterior, un hormiguero de voluntades finitas, doblegadas, reducidas, impedidas y gobernadas por la mano de hierro, implacable y fría, de los modernos herederos de esa máquina de matar que es el comunismo marxista.
Pdta: el libro aún no se consigue en físico en Colombia, pero puede adquirirse de él una copia digital por medio de la plataforma de Amazon.
Leonardo Rodríguez
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2 comentarios:
Gracias, pero ya lo había observado.
Y es que, si se fija, sus líderes son antiguos estalinistas.
Lo que pasó es que, al desmoronarse la Unión Soviética y revelarse de pronto como un régimen tiránico, sanguinario y opresor; que ha mantenido a la población -singularmente la obrera- en la mas abyecta miseria, y que todo el triunfalismo y propaganda comunista no era más que humo, detrás del cual no había nada.
Así, todos vimos qua la población estaba tan harta, que todos querían marcharse a Occidente y dejar atrás la opresión y la miseria.
Hoy estos países han prosperado.
Aunque Rusia, que sigue sin industrializarse y vive del petróleo, ha dejado de ser un imperio.
Eso, si: todos han vuelto al cristianismo ancestral.
Sin imposición de nadie.
No deja de ser una paradoja y un signo de los tiempos el que la Catedral de Moscu, demolida por los comunistas, haya sido reconstruida por el pueblo y sus techos de oro vuelven a brillar al sol.
Las "masas", pues, ya no quieren comunismo. Quieren consumir.
(es decir, el consumismo les ha dado lo que les prometía el comunismo y no ha podido cumplir; pero sin esfuerzo y sin sangre)
No es extraño, pues, que ya ni anden con las banderas rojas -no hay ni una-, ni canten la internacional.
Siguen utilizando el odio y la envidia, pero de una manera más refinada: ahora es la "IGUALDAD" (entendido como a vivir del esfuerzo de los demás, pero no a colaborar en ese esfuerzo, aunque sea pagando impuestos, que evaden en cuanto pueden; o simplemente chupando de ayudas sociales y becas (dinero de todos) que no les corresponden -es decir, parasitismo social
(por lo menos los comunistas de antaño glorificaban el esfuerzo del obrero, porque esa era la única virtud que tenía y con eso se levantaba el país y el nuevo paraiso comunista.
Ya, no)
La conclusión que sacamos es que tanto el comunismo como el neocomunismo no son más que instrumentos para que un grupo de gente enferma, que se sienten "elegidos", domine y someta a la población.
La doctrina no importa, como no importan los fines ni los medios.
Sigue atrayendo a gente llena de odio y con instintos asesinos.
Ayer era la defensa del obrero y del campesino.
Hoy son todos esos "ismos" que atacan al hombre y a la civilización.
Mañana cuando ya no sea efectivo para catalizar el odio y obtener el poder, será lo que sea. Otra cosa. No importa.
Su instrumento es la manipulación científica (han estudiado sociólogia) de las tendencias de odio, envidia y codicia de los bienes ajenos que todos tenemos, pero que la moral natural y las religiones ponen a raya para la defensa de la sociedad y de cada uno de sus miembros)
Parece que el castigo a la humanidad por apartarse del camino de Dios es tener que sufrir este flagelo.
!Atención!
Los misioneros neocomunistas europeos que están extendiendo el morbo en Hispanoamerica están siendo pagados con AYUDAS AL DESARROLLO públicas y privadas de países socialdemócratas europeos y Etados Unidos (de Holanda, Suecia, España...)
Se ve que de lo que se trata es que el necesitado no prospere nunca, lección importante de la experiencia europea, porque se olvida de quien le ha ayudado.
Hay que mantener al necesitado perpetuamente necesitando a su salvador.
Y para ello basta el odio, el enfrentamiento, y este aparente "humanismo" postmoderno de los ismos, detrás del cual solo hay muerte.
Muchas gracias por sus recientes comentarios. Los encuentro todos muy interesantes.
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