domingo, 6 de mayo de 2018

La imitación de Cristo

El que me sigue no anda en tinieblas, mas tendrá lumbre de vida. Estas palabras son de Cristo, con las cuales somos amonestados, que imitemos su vida y costumbres, si queremos ser librados de la ceguedad del corazón, y alumbrados verdaderamente. Sea pues todo nuestro estudio pensar en la vida de Jesucristo, la doctrina del cual excede a la doctrina de todos los santos; y el que tuviese espíritu, hallará en ella maná escondido.

Mas acaece que muchos aunque a menudo oigan el evangelio, gustan poco de ´el, porque no tienen el Espíritu de Cristo. Mas el que quiere sabia y cumplidamente entender las palabras de Cristo, conviénele que procure de conformar con Él toda su vida. 

¿Qué te aprovecha disputar altas cosas de la Trinidad, si careces de humildad por donde desagrades a la misma Trinidad? Por cierto las palabras subidas no hacen santo ni justo, mas la virtuosa vida hace al hombre amable a Dios. Más deseo sentir la contrición, que saber definirla. Si supieses la Biblia a la letra, y los dichos de todos los filósofos, ¿qué te aprovecharía todo sin caridad y gracia de Dios? 

Vanidad de vanidades y todo vanidad, sino amar y servir sólo a Dios. Esta es la suma sabiduría, por el desprecio del mundo ir a los reinos celestiales. Y pues así es, vanidad es buscar riquezas perecederas, y esperar en ellas. También es vanidad desear honra, y ensalzarse vanamente. Vanidad es seguir el apetito de la carne, y desear cosa por las que después te sea necesario ser gravemente castigado. Vanidad es desear larga vida, y no curar que sea buena. Vanidad es pensar solamente en esta presenta vida, y no proveer a lo venidero. Vanidad es amar lo que tan presto pasa, y no apresurarse donde está el gozo perdurable. 

Acuérdate continuamente de la escritura que dice: no se harta el ojo de ver, ni la oreja de oír. Pues así es, estudia desviar tu corazón de lo visible, y traspásalo a lo invisible; porque los que siguen su sensualidad, ensucian su conciencia, y pierden la gracia de Dios.


(Tomado de La imitación de Cristo, de Kempis)

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