viernes, 12 de junio de 2015

Los principios del saber científico

Noción de principio

Principio (del griego, arjé) es aquello de lo que algo procede. Hay principios ontológicos, que forman parte del mundo real, como por ejemplo el punto de partida de un movimiento, o las causas y elementos constitutivos de las cosas. Aquí nos referimos sólo a los principios científicos, que son un tipo de proposiciones fundamentales en las que se contienen implícitamente los desarrollos formales de una ciencia.

Todas las demostraciones se basan en presupuestos primeros o principios, en el sentido indicado. Los principios científicos son enunciados universales e indemostrables, que son premisas de las demostraciones. Estas proposiciones, sean verdades ciertas o hipótesis, son siempre principios lógicos, pues causan el conocimiento de las conclusiones. Pero al mismo tiempo, tratándose de ciencias reales, expresan de algún modo principios reales, o que probablemente son reales, pues señalan causas del mundo existente, o características de los objetos de la ciencia.

Aunque la ciencia comienza por la observación experimental, las verdades particulares -llamadas a veces en las ciencias enunciados protocolarios, o enunciados básicos- no son los auténticos principios. Se llega a un principio cuando se alcanza una afirmación universal que permite efectuar deducciones en torno a amplios sectores de una ciencia, o incluso de toda ella; esto sucede así especialmente cuando el principio es una tesis fundamental acerca de las nociones básicas de una disciplina científica.

En las ciencias pueden existir, naturalmente, verdades importantes que se concluyen de otras, y que por tanto no constituyen verdaderos principios. Un caso peculiar se da en la metafísica, que deduce muchísimas conclusiones de una verdad como «Dios es el Ser Subsistente», que expresa el Principio radical y último del universo; sin embargo, para la filosofía esa afirmación no es un primer principio, sino una conclusión demostrable del conocimiento inmediato y universal de los entes, que conocemos por experiencia.

Acerca de los principios, se plantean una serie de interrogantes: cómo se alcanzan, cómo se usan, y qué valor de verdad poseen. Examinarlos en particular exige distinguir las diversas clases de principios.

No hay que pensar que siempre se procede deductivamente a partir de ellos. Esto sucede sólo con los axiomas matemáticos, cuyos términos la mente conoce con tal claridad, que puede pasar fácilmente a la deducción. Pero los principios de la filosofía, de las ciencias naturales y humanas, se emplean más bien como premisas orientativas, que guían la investigación. Es necesario acudir una y otra vez a la experiencia, interpretando los nuevos datos a la luz de los principios.

(Tomado de "Lógica", de J.J Sanguineti)


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