jueves, 4 de junio de 2015

(20) Perlitas de filosofía

Voluntatis definitio.

Voluntas breviter a S. Thoma definitur: «Appetitus quidam rationalis». Modo magis explicito, voluntas est facultas inorganica prosequendi bonum intellectu cognitum.

Definición de voluntad:


La voluntad es definida brevemente por santo Tomás de Aquino como: “Apetito racional”. Y de una manera más explícita se puede definir como: facultad inorgánica que busca el bien conocido mediante el intelecto.

(Texto tomado del segundo tomo de la obra "Elementa philosophiae", de Stanislao Lortie).

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Comprender lo que es la voluntad es fundamental para comprender lo que es la libertad, que es una característica suya. Y comprender lo que es la libertad, es fundamental para tener más sólidos elementos de juicio sobre lo que pasa hoy día a nuestro alrededor.

Brevemente: los seres humanos podemos ejecutar una gran diversidad de conductas: Comemos, caminamos, aprendemos, queremos, deseamos, etc., pero todas esas conductas (a excepción de las actividades vegetativas, como comer, digerir los alimentos, crecer, etc.) pueden reducirse a dos grandes grupos: conocimiento y querer.

De manera que los seres humanos nos pasamos la vida conociendo y queriendo. Con el verbo 'querer' no me refiero aquí solo al amor romántico, sino a todo acto de ir tras algo, de anhelar algo, de buscarlo, de ir tras ello. Sea lo que sea, desde un helado hasta un título universitario.

Esta actividad de querer, buscar, desear, ir tras algo, se designa en lenguaje técnico con el nombre de 'apetecer', de ahí que la facultad que nos permite llevar a cabo dichas acciones se llame apetito. 

Ahora bien, como según el famoso proverbio latino "nihil volitum nisi praecognitum", es decir, nada es querido si no es antes conocido, se requiere algún tipo de conocimiento previo de aquello que luego querremos o buscaremos, o tras de lo cual iremos. Y digo 'algún tipo' porque los seres humanos no están limitados, como los animales, al conocimiento meramente sensible, sino que tienen igualmente un nivel de conocimiento intelectual, que va más allá del dato sensible hasta la naturaleza de las cosas, su esencia.

Existe entonces un apetito sensible, es aquél que busca, tiende, anhela, desea, lo que ha sido captado por medio de los sentidos. Este apetito sensible lo compartimos con los animales, es decir, lo tenemos en común con ellos (aunque en el caso del hombre, este apetito esté llamado a ordenarse a los requerimientos de la razón).

Pero no solo podemos ir tras de lo conocido por medio de los sentidos, sino que como tenemos también posibilidad de conocimiento intelectual, podemos también querer o tender o apetecer lo conocido por medio de la inteligencia.

Ahora bien, siempre tendemos hacia algo con la condición de que consideremos bueno a ese algo, bueno en algún aspecto. Por ejemplo si se trata de algo sensible, tendemos hacia ello porque lo consideramos agradable, cómodo, bello, nutritivo o de buen sabor si es algo comestible, etc., y todas estas son distintas formas de considerar bueno a algo. Por eso Aristóteles decía que lo que todos buscan es el bien: "bonum est quod omnia appetunt".

Entonces por medio del apetito sensible tendemos hacia algo sensible que hemos captado como bueno en algún aspecto.

Entonces ¿a qué tendemos con el apetito intelectual, que es la voluntad? debemos tender también hacia un bien, captado como tal bajo algún aspecto. Pero como aquí el conocimiento que sirve de base a la tendencia es de tipo intelectual, se tratará entonces de algo que ha sido captado como bueno por la inteligencia, y como la inteligencia, a diferencia de los sentidos, conoce lo universal, entonces con la voluntad tenderemos a algo en lo cual la inteligencia ha captado la razón universal de bien.

El bien en universal es distinto del bien en particular. El bien particular es por ejemplo el delicioso sabor de este helado que tengo en frente. El bien universal se da, por ejemplo, cuando comprendemos que tal acción debo realizarla PORQUE ES JUSTA, y la justicia ES ALGO BUENO.

La BONDAD de la justicia NO ES CAPTABLE POR MEDIO DE LOS SENTIDOS. Esa es una bondad que solo capta la inteligencia. 

SI SOLO PUDIÉRAMOS TENDER O IR HACIA LO CONOCIDO POR MEDIO DE LOS SENTIDOS, NO PODRÍAMOS JAMÁS, POR EJEMPLO, REALIZAR UNA ACCIÓN JUSTA, NOBLE, DESINTERESADA, AMOROSA, ETC., porque no tendríamos ninguna forma de comprender la justicia, la nobleza, el desinterés o el amor. Pues ninguna de esas cosas se ve con los ojos o se palpa con las manos.

Ahora bien, (y esto es importantísimo para comprender lo que es la libertad), el bien captado por la inteligencia es el bien universal, sin limitaciones. Y NINGÚN BIEN CONCRETO Y SENSIBLE ABARCA O AGOTA TODA LA BONDAD POSIBLE. Un helado, por delicioso que sea, jamás encerrará en sí mismo toda la bondad posible.

La libertad consiste en que, teniendo una voluntad hecha para tender hacia el bien universal o total, NADA DE LO QUE NOS RODEA nos atrae de forma irresistible: ante todo lo que existe frente a nuestros ojos, podemos elegir, nada nos ata de forma inevitable. Eso es la libertad.

Un poco más de esto en una próxima 'Perlita'.


Leonardo R.


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