Objeciones por las que parece que todas
las cosas son buenas por bondad divina:
1. Dice Agustín en el VIII De Trin.:
Este y aquel bien. Elimina el éste y el aquél, y, si puedes, contempla el mismo
bien. Así verás a Dios, no bueno por algún bien, sino bien de todo lo bueno.
Pero cada cosa es bien de su propio bien. Por lo tanto, cada cosa es buena con
el mismo bien que lo es Dios.
2. Boecio, en el libro De hebdomad.
dice que todas las cosas son buenas en cuanto ordenadas a Dios, y esto por
razón de la bondad divina. Por lo tanto, todas las cosas son buenas por la
bondad divina.
Contra esto: está el hecho que todas
las cosas son buenas en cuanto que existen. Pero no se dice que todas sean
seres por el ser divino, sino por su propio ser. Por lo tanto, no todas las
cosas son buenas por bondad divina, sino por su propia bondad.
Respondo: Nada impide que los seres que
tienen relación, reciban su denominación por algo externo a ellos; así, se dice
localizado por el lugar o medido por la medida. Pero por lo que respecta a los
términos absolutos, ha habido diversas opiniones. Así, Platón estableció las
especies separadas de todas las cosas; de este modo los individuos son llamados
tales en cuanto son participaciones de las especies separadas. Ejemplo:
Sócrates es llamado hombre en cuanto es especie separada de hombre. Además, así
como mantenía la idea separada, por ejemplo, de hombre, y lo llamaba hombre por
sí, o de caballo, llamándolo caballo por sí, del mismo modo mantenía la idea
separada de ser y lo llamaba ser por sí; y de uno, llamándolo uno por sí. Y por
eso, cada una de sus participaciones es llamada ser o uno. Y aquello que es ser
por sí y uno por sí, él lo denominaba sumo bien. Como quiera que el bien se
identifica con el ser y con el uno, decía que el bien por sí era Dios, siendo
todas las demás cosas buenas por participación.
Aun cuando esta
opinión pueda parecer sin fundamento, ya que no puede sostenerse que las
especies separadas de las cosas naturales subsistan por sí mismas, como
demuestra Aristóteles abundantemente, sin embargo, es absolutamente cierto que,
tal como dijimos (q.2 a.3) y en eso se concuerda con Aristóteles, lo primero es
aquello que es ser y bueno por esencia; y nosotros le llamamos Dios. De este
primero, que es ser y bueno por esencia, todas las cosas pueden recibir su
denominación tanto de seres como de buenas, pues, como dijimos (q.4 a.3)
participan de él si bien lejana y deficientemente, con una cierta semejanza.
Así, cada cosa puede ser llamada buena por bondad divina como principio
primero, ejemplar, efectivo y final de toda bondad. Sin embargo, todo puede ser
llamado bueno por la semejanza con la bondad divina que lleva inherente, que es
formalmente su bondad, y por la que se le llama así. De este modo, hay una sola
bondad de todo y, a un tiempo, muchas bondades.
A las objeciones: Está incluida en lo dicho.
Suma teológica - Parte Ia - Cuestión 6. Artículo 4
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