Relajados los vínculos que unen al
hombre con Dios, rotas las relaciones del hombre con el Creador por medio del
espíritu de rebelión y de soberbia, se creen los individuos autorizados para
pensar mal, para hablar sin freno y sin decoro, para escribir con impudencia y
cinismo, y para presentarse ante la sociedad con los hábitos, maneras y
lenguaje de una generación impura y corruptora. Así la licencia en las ideas
produce la rebelión y la anarquía; el libertinaje en el hablar y escribir
produce la corrupción de las costumbres; el libertinaje del entendimiento y del
corazón produce la degradación de las familias, el escándalo de la sociedad, y
la ruina de los imperios más pujantes.
Definición de libertinaje dada por Bergier en su famoso diccionario de teología.
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