viernes, 31 de julio de 2015

"Derecho" al pecado



Hace algunas semanas se realizó en Colombia la primera eutanasia de su historia, por lo menos la primera eutanasia pública y legal. Esto fue recibido por muchos como un triunfo, como un gran logro en "materia de derechos individuales".

Incluso un periodista bastante reconocido a nivel nacional, Daniel Coronell, escribió en días pasados una columna con el mismo título que encabeza esta entrada "derecho al pecado". En dicho artículo resaltan varias frases que creo resumen bien la fuente de todos los males actuales: el liberalismo. 

  "Cada quien tiene derecho a creer en lo que quiera o a no creer en nada"

  "La Constitución de Colombia establece la libertad de cultos..."

  "el poder civil debe estar separado de las iglesias"

  "En una democracia está permitido hacer todo aquello que esté permitido por la ley, aunque vaya en contravía de algún precepto religioso"

  "...en otros casos, los mandatos de la fe establecen como pecado lo que es una conducta aceptable ante la ley"


Hasta aquí las citas. Las que han sido puestas bastan para mostrar el rancio liberalismo del autor, ese liberalismo del siglo XVIII, de la guillotina francesa, de la Vendée, etc.

Poco ha cambiado en la mente de los liberales, ese voluntarismo que se oculta detrás de cada una de esas frases delata su origen: el deseo de poner la mera voluntad humana por encima de lo real y de su fuente, el Ser primero, fuente y causa de todo ser.

La sociedad actual sufre de una enfermedad que ya parece incurable, esa enfermedad es precisamente ese liberalismo, que viene del endiosamiento de la voluntad humana, endiosamiento que llega hasta la locura de proclamar un "derecho al pecado".

No se sabe a ciencia cierta qué tan conscientes son los modernos hijos de la guillotina francesa del mal que propagan, del veneno que destilan en las venas de la sociedad. Pero dicha ignorancia, si existe, no resta eficacia a sus acciones, consciente o no, su liberalismo le hace al tejido social el mismo daño que el de antaño, el del terror de 1793 con Robespierre y compañía.

El liberalismo es hoy la atmósfera universal que todo lo cubre y que todo lo abarca, pensar por fuera de los moldes liberales, decir, por ejemplo, que el error no tiene derechos, que la libertad de cultos no es un bien, que la ley de Dios está por encima de la ley humana, etc., pensar así, repito, es la receta segura para caer en el anonimato, cuando no en la abierta persecución. O se es liberal, o no se es.

Es una pena tener que vivir en una época en la que se proclama el "derecho al pecado".



Leonardo R.



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