Sustancia:
Es el primero de los diez
predicamentos y se contrapone al accidente. Se define como el ente real al que
compete ser por sí y no en otro. Subyace a los accidentes, sustentándolos como
sujeto de inherencia —sub stare = estar debajo—. Pero lo más característico de
la sustancia es que existe en sí misma y, por eso, se dice que es subsistente (De
Pot. q.9 a.l).
Desde el punto de vista del modo de
ser, se dan dos clases de sustancias. La sustancia primera: un ente o sujeto
individual y concreto que no es predicable de ningún otro, v.gr.: Tomás. La
sustancia segunda: aquello que no existe en un sujeto, pero es predicable de un
sujeto. Es la sustancia universal abstraída de los singulares, como hombre,
animal, viviente. Es decir, el género y la especie.
El hilemorfismo distingue las
sustancias completas de las incompletas, o sustancias-partes. Estas dicen orden
a otra parte esencial con la que constituyen un compuesto, o sustancia
completa, v.gr.: la forma sustancial de un lingote de oro y su materia prima,
el alma humana y el cuerpo del hombre.
(Texto tomado del breve léxico puesto al final de la edición de la Summa Teológica de la BAC)
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