La esencia de la perfección cristiana consiste en la caridad hacia Dios y hacia el prójimo. Así, Santo Tomás, que dice: per se quidem et essentialiter consistit perfectio cristianae vitae in caritate pricipaliter quidem secundum dilectionem Dei, secundario autem secundum dilectionem proximi. Esta se funda en las palabras del apóstol: "Super omnia autem caritatem habete, quod est vinculum perfectionis". Y en estas otras: "plenitudo legis est dilectio". Que el pleno y perfecto cumplimiento de la ley es el santo amor; y por eso es la esencial perfección de quien profesa tal ley.
Se demuestra también esto por la razón: la perfección de
una cosa consiste en la consecución de su propio fin; lo que nos une con
nuestro propio fin es la caridad, según estas palabras: "Qui manet in
caritate in Deo manet et Deus in eo”; luego en la caridad consiste la
perfección.
Después de la caridad con Dios la
caridad con el prójimo entra a formar la esencia de la perfección. Sto. Tomás
dice lo siguiente: El hábito de la caridad con que amamos a Dios es distinto de
aquel con que amamos al prójimo. El acto de caridad con que amamos a Dios, no es
de distinta especie de aquel con que amamos al prójimo. El acto de caridad con que
amamos al prójimo por amor de Dios, se incluye formalmente en el acto de
caridad hacia Dios. Luego si el amor del prójimo por respeto de Dios, es amor
del mismo Dios, consistiendo nuestra perfección en la caridad para con el uno,
consiste también en la caridad para con el otro.
(tomado del "compendio de la teología ascética y mística de Scaramelli")
(tomado del "compendio de la teología ascética y mística de Scaramelli")
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