Es un asunto que directa o indirectamente ya hemos abordado en otras oportunidades, pero dada su importancia bien vale la pena volver sobre él de vez en cuando.
La demostración de la existencia de Dios, es decir, probar racionalmente que Dios existe, es posible; de hecho dicha demostración forma uno de los más bellos capítulos de la filosofía tradicional, y todos los clásicos, desde Aristóteles y Platón, pasando por san Agustín hasta el gran santo Tomás de Aquino, han dedicado buena parte de sus esfuerzos a dicha demostración.
Los interesados en esa temática tienen en los manuales, viejos y actuales, de filosofía aristotélico-tomista un verdadero depósito de argumentos escrupulosamente presentados, que permiten a las almas bien dispuestas llegar pronto a la conclusión de la existencia de Dios.
...a las almas bien dispuestas...¿?
¿Por qué hemos subrayado esa frase? porque a la demostración de la existencia de Dios no se oponen solo argumentaciones de tipo teórico, sino (y creemos que estas son las más fuertes) que también se oponen "argumentaciones" de tipo vital, práctico, moral.
Muchas personas niegan que la existencia de Dios se pueda demostrar, no tanto porque luego de un proceso argumentativo racional hayan llegado a esa conclusión, sino más bien porque la vida que llevan, su 'estilo de vida', se basa en un subjetivismo tan radical (hago lo que quiero, cuando quiero, como quiero, porque así lo quiero), que en sus vidas no hay lugar para un Dios cuyas "normas" y "mandamientos", amenacen con llegar a limitar su tan adorada "libertad". Sencillamente no tienen espacio para Dios.
De manera que no es que argumenten contra la existencia de Dios, de hecho no argumentan nada, sino que se limitan a ignorar el asunto o a apostar por la negativa en virtud de su mero querer, "whisful thinking" dicen los ingleses, piensan con el deseo.
Y decimos además que este grupo de "ateos" es el más complejo de persuadir, porque precisamente no están interesados en ser persuadidos; contra ellos es difícil argumentar, porque precisamente no están interesados en los argumentos; es muy difícil con ellos debatir, porque precisamente no quieren ningún debate al respecto: les basta "vivir".
Quizá con ellos solo valga la oración y el ejemplo de vida de quienes se dicen creyentes. Talvez es esta la razón profunda de que se multiplique tanto el ateísmo: la falta de oración de los creyentes y su escaso testimonio de vida.
Sea de ello lo que fuere, lo cierto es que la demostración de la existencia de Dios sigue siendo tan posible hoy, como lo era en tiempos de Tomás. Y aunque no es un tema sencillo, ya que requiere el manejo de un buen número de elementos conceptuales propios de la filosofía primera o metafísica, tampoco es imposible y vale muchísimo la pena interesarse en él, ya que de la respuesta, afirmativa o negativa, a la que lleguemos, depende absolutamente todo en nuestra vida, aquí y más allá. Es la respuesta total.
Leonardo Rodríguez
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