Noción
de principio
Principio
(del griego, arjé) es aquello de lo que algo procede. Hay principios
ontológicos, que forman parte del mundo real, como por ejemplo el punto de
partida de un movimiento, o las causas y elementos constitutivos de las cosas.
Aquí nos referimos sólo a los principios científicos, que son un tipo de
proposiciones fundamentales en las que se contienen implícitamente los
desarrollos formales de una ciencia.
Todas
las demostraciones se basan en presupuestos primeros o principios, en el
sentido indicado. Los principios científicos son enunciados universales e
indemostrables, que son premisas de las demostraciones. Estas proposiciones,
sean verdades ciertas o hipótesis, son siempre principios lógicos, pues causan
el conocimiento de las conclusiones. Pero al mismo tiempo, tratándose de
ciencias reales, expresan de algún modo principios reales, o que probablemente
son reales, pues señalan causas del mundo existente, o características de los
objetos de la ciencia.
Aunque
la ciencia comienza por la observación experimental, las verdades particulares
-llamadas a veces en las ciencias enunciados protocolarios, o enunciados
básicos- no son los auténticos principios. Se llega a un principio cuando se
alcanza una afirmación universal que permite efectuar deducciones en torno a
amplios sectores de una ciencia, o incluso de toda ella; esto sucede así
especialmente cuando el principio es una tesis fundamental acerca de las
nociones básicas de una disciplina científica.
En
las ciencias pueden existir, naturalmente, verdades importantes que se
concluyen de otras, y que por tanto no constituyen verdaderos principios. Un
caso peculiar se da en la metafísica, que deduce muchísimas conclusiones de una
verdad como «Dios es el Ser Subsistente», que expresa el Principio radical y
último del universo; sin embargo, para la filosofía esa afirmación no es un
primer principio, sino una conclusión demostrable del conocimiento inmediato y
universal de los entes, que conocemos por experiencia.
Acerca
de los principios, se plantean una serie de interrogantes: cómo se alcanzan,
cómo se usan, y qué valor de verdad poseen. Examinarlos en particular exige
distinguir las diversas clases de principios.
No
hay que pensar que siempre se procede deductivamente a partir de ellos. Esto
sucede sólo con los axiomas matemáticos, cuyos términos la mente conoce con tal
claridad, que puede pasar fácilmente a la deducción. Pero los principios de la
filosofía, de las ciencias naturales y humanas, se emplean más bien como
premisas orientativas, que guían la investigación. Es necesario acudir una y
otra vez a la experiencia, interpretando los nuevos datos a la luz de los
principios.
(Tomado de "Lógica", de J.J Sanguineti)
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