jueves, 4 de junio de 2015

Utilidad del razonamiento


El hombre se distingue de los animales por ser racional, porque actúa por motivos que percibe intelectualmente, y no dejándose llevar por un impulso instintivo. Por ejemplo: tomamos un autobús para ir a la universidad, vamos a la universidad para asistir a clase, y esto para cursar una asignatura, etc.: tal serie de verdades encadenadas se puede captar merced al raciocinio, por el que advertimos que algo es o debe ser porque lo impone alguna verdad ulterior. El razonamiento es una actividad espontánea y normal en la vida ordinaria, en el actuar inteligente del hombre.

El raciocinio, cuando es analizado por la lógica, puede parecer una operación muy sencilla. Ciertamente, no se requiere gran esfuerzo para entender un raciocinio ya hecho, pero no es tan fácil elegir las verdades convenientes que, comparadas, dan lugar a una conclusión. La dificultad se debe también a que la mente ha de discurrir con rapidez de unos argumentos a otros.

Las ciencias utilizan la argumentación a gran escala, aplicándola a conocimientos universales. La proposición de que «la suma de los ángulos de un triángulo es igual a dos rectos» se prueba en base a una serie de raciocinios; diagnosticar el porqué de un malestar corporal supone conocer sus causas mediante algún razonamiento. La filosofía, partiendo del conocimiento de la realidad, llega a conclusiones como la existencia de Dios, la obligatoriedad de la ley moral, la necesidad de que la vida social tienda al bien común, etc.

(Texto tomado del libro "Lógica", de J.J Sanguineti)


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